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Estos son los cuatro problemas de pareja más comunes en España (y cómo empezar a gestionarlos)
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Estos son los cuatro problemas de pareja más comunes en España (y cómo empezar a gestionarlos)

Hasta las relaciones de pareja más consolidadas viven desafíos en su día a día que les hace plantearse su relación

Foto: Los cuatro problemas más comunes entre las parejas. (Pexels)
Los cuatro problemas más comunes entre las parejas. (Pexels)

Vivir una relación amorosa puede ser una experiencia maravillosa, pero también implica atravesar momentos de desafío. A pesar de compartir nuestra vida con personas con inquietudes similares y con el objetivo de crear una relación estable, armoniosa y feliz, en muchas ocasiones pueden surgir conflictos, cuya identificación nos puede llevar a una conexión más consciente y equilibrada.

Entre los cuatro problemas más frecuentes se encuentra el de la comunicación debido a que hablar no siempre es entenderse. Puede sonar a cliché, pero este sigue siendo el talón de Aquiles de muchas relaciones. Más allá de hablar mucho o poco, lo que realmente marca la diferencia es cómo se dicen las cosas. Las críticas constantes, los reproches en caliente o simplemente no expresar lo que se siente son detonantes habituales de malestar emocional. Por ello, debemos aprender a hablar desde el “yo siento” en lugar del “tú haces mal” porque podemos cambiar por completo el tono de una conversación. Y, por supuesto, saber escuchar también cuenta: a veces lo importante no es responder, sino comprender. Asimismo, otro gran problema sería no tener el mismo proyecto de vida. Es habitual que, con el paso del tiempo, las prioridades individuales evolucionen. Una quiere formar una familia, mientras el otro prefiere enfocarse en su carrera. O simplemente no se comparten los mismos valores sobre dinero, crianza o estilo de vida. Estos desencuentros no significan necesariamente el fin del amor, pero sí requieren de una dosis saludable de diálogo y revisión conjunta de expectativas. Tener conversaciones sinceras sobre lo que cada uno espera del futuro puede evitar muchas frustraciones más adelante.

placeholder La comunicación sigue siendo el talón de Aquiles. (Pexels)
La comunicación sigue siendo el talón de Aquiles. (Pexels)

Ya lo dijo Shakira: “Fue culpa de la monotonía”, y es que después de meses (o años) de convivencia, es normal que las mariposas iniciales den paso a una rutina que, si no se cuida, puede volverse asfixiante. La falta de detalles, la ausencia de planes compartidos o el simple hecho de dejar de sorprenderse son señales de alerta. Inyectar novedad no significa irse de viaje cada fin de semana, sino rescatar gestos cotidianos de complicidad: una nota inesperada, una cena diferente o simplemente dedicar tiempo de calidad lejos de las pantallas. A veces, los pequeños gestos son los que sostienen grandes vínculos. Por último, la falta de intimidad emocional y sexual, enfriándose el vínculo que existe en la pareja. Muchas parejas experimentan una desconexión emocional que, inevitablemente, se traslada al plano físico. Sentirse poco valorado, incomprendido o simplemente “desconectado” emocionalmente suele ser una de las causas más comunes de distanciamiento. Hablar abiertamente sobre los deseos, incomodidades o cambios en la libido es una herramienta poderosa. Y si el diálogo resulta difícil, acudir a un profesional puede ser una excelente forma de reencontrarse.

Ninguna pareja está exenta de conflictos, pero entender que estas dificultades son comunes puede ayudar a vivirlas con menos culpa y más conciencia. Buscar apoyo psicológico no debe verse como un último recurso, sino como un acto de responsabilidad afectiva. Porque sí, el amor se cultiva... pero también se aprende.

Vivir una relación amorosa puede ser una experiencia maravillosa, pero también implica atravesar momentos de desafío. A pesar de compartir nuestra vida con personas con inquietudes similares y con el objetivo de crear una relación estable, armoniosa y feliz, en muchas ocasiones pueden surgir conflictos, cuya identificación nos puede llevar a una conexión más consciente y equilibrada.

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