Lucía Lipperheide, experta en limpieza: “La laca de pelo es mano de santo para evitar las manchas de maquillaje en el cuello de tus camisas”

Ponerse una camisa blanca tras aplicar base, corrector o polvos es casi una misión de riesgo. Las manchas de maquillaje —tan habituales como frustrantes— tienden a quedarse en los bordes del cuello, generando un cerco difícil de quitar incluso tras varios lavados. Pero, según Lucía Lipperheide, experta en limpieza, hay una solución para prevenirlas que todas tenemos en casa: la laca de pelo.

“Evita las manchas de tu camisa con laca de pelo, porque crea una película protectora”, explica Lipperheide.

El procedimiento es tan simple como eficaz: pulverizar una ligera capa de laca sobre el cuello de la camisa o cualquier prenda propensa a mancharse, dejar secar y listo. El producto forma una barrera imperceptible que evita que los pigmentos del maquillaje penetren en el tejido que no deja residuos ni acartona.

Pero ahí no acaban los consejos. Lipperheide también comparte otros trucos caseros para combatir las manchas más comunes y rebeldes de forma práctica y sin necesidad de productos caros:

Trucos y tips para manchas imposibles

• Agua micelar con una bayeta para manchas de maquillaje en jerseys o tejidos delicados porque disuelve el maquillaje sin dañar las fibras al momento.
• ¿Manchas de aceite en abrigos oscuros? El champú seco puede ser tu salvación. Pulveriza, deja actuar por 30 minutos y cepilla. “Quedará impoluto” como decía su madre.
• ¿Salsa de tomate? Prueba con una mezcla de zumo de limón, sal y jabón de platos. Cepilla con cuidado y aclara con agua fría.
• Las temidas manchas de axilas, que amarillean camisetas blancas, también tienen remedio: haz una pasta con bicarbonato, jabón de platos y agua oxigenada y lava como de costumbre.
• Y para las de bolígrafo o tinta, su arma secreta es el gel hidroalcohólico y jabón de platos: aplícalo, frota con un cepillito y a la lavadora.

Lipperheide defiende una limpieza práctica y sin complicaciones, donde los trucos de toda la vida se combinan con pequeños gestos del día a día: “lo importante no es frotar, es saber con qué y por qué”.