Victor Küppers, conferenciante motivacional: “La actitud y la manera de ser se puede trabajar pero no es fácil porque por cada 5 minutos de alegría, son 27 disgustos”

No es fácil mantener la ilusión en una sociedad que empuja al cansancio y a la frustración. Y Víctor Küppers, uno de los conferenciantes motivacionales más reconocidos, lo tiene claro: el entorno no lo pone fácil, pero la actitud sigue siendo lo único que depende de uno mismo.

“Tu actitud, tu manera de ser, la puedes trabajar, la puedes mejorar, la puedes desarrollar tengas 5, 25 o 125 años”, afirma. No importa la edad ni las circunstancias, lo importante es entender que esa actitud no es algo fijo ni dado, sino una capacidad que se puede cultivar. Ahora bien, Küppers lo advierte sin rodeos: “no es fácil”.

Y no lo es porque, según él, vivimos rodeados de estímulos negativos. “Todos estamos en un entorno que por cada alegría que tenemos, son 27 disgustos”. A lo largo del día, todos atravesamos momentos en los que “lo mandaríamos todo a tomar por saco”, dice. Es la sociedad que nos ha tocado vivir: estresante, saturada.

Muchas personas —añade— están tan agotadas que ya no tienen ganas de seguir peleando. Están hartas, superadas, desbordadas. Y cuando se cruza esa línea, cuando uno deja de luchar, solo quedan dos palabras: “amargura y mal humor”.

Vivir con alegría y con ilusión —asegura— es mucho más difícil que dejarse llevar por el pesimismo. Implica esfuerzo, implica ir a contracorriente. Pero también es la única forma de no resignarse a una vida gris.

Por eso, su mensaje es claro: la lucha por mantener la ilusión vale la pena. No porque sea fácil, sino porque vivir amargado cuando existe otra alternativa es, en sus palabras, “asqueroso”.

La actitud no lo resuelve todo, pero puede marcar la diferencia entre rendirse o seguir adelante con sentido. Vivir con alegría es difícil, sí, pero mucho más valioso que resignarse a la apatía. Y cada uno, a su ritmo, tiene la capacidad de volver a elegir cómo quiere estar en el mundo.