El gesto cotidiano (todos lo hacemos) que puede estar afectando a tu circulación y a tu digestión
El cuerpo humano está diseñado para moverse, no para mantenerse inmóvil en posturas que comprometan su funcionalidad
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F2ad%2F8b2%2F58c%2F2ad8b258cb8d1d815d75d75559f59633.jpg)
- Caminar 30 minutos al día: el hábito sencillo que transforma tu salud después de los 45
- Los beneficios de andar descalzos: por qué se impone el barefoot chic
Cruzar las piernas al sentarse es un gesto tan común como automático. En reuniones, en casa o incluso mientras tomamos un café, muchas personas adoptan esta postura sin pensar en las consecuencias. Sin embargo, numerosos expertos en salud postural y medicina vascular advierten que esta costumbre tan extendida podría tener efectos negativos en dos aspectos fundamentales del bienestar físico: la circulación sanguínea y el proceso digestivo.
Desde el punto de vista circulatorio, sentarse con una pierna sobre la otra comprime los vasos sanguíneos, especialmente en la parte inferior del cuerpo. Esto puede ralentizar el retorno venoso y aumentar el riesgo de problemas como varices, hinchazón de tobillos o sensación de piernas pesadas, sobre todo si la postura se mantiene durante largos periodos de tiempo.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fef6%2Fb53%2F018%2Fef6b530187d0df899319775dff86b138.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fef6%2Fb53%2F018%2Fef6b530187d0df899319775dff86b138.jpg)
Según la Clínica Cleveland, esta posición puede generar un aumento temporal de la presión arterial, especialmente en personas con predisposición a enfermedades vasculares. Aunque el efecto es reversible y leve en la mayoría de los casos, la repetición constante a lo largo del día puede generar complicaciones a largo plazo en personas sensibles.
Además de su efecto sobre las venas, cruzar las piernas puede desalinear la columna vertebral y generar tensiones musculares en la zona lumbar y pélvica. Esta desalineación puede afectar el funcionamiento de órganos internos, incluyendo el sistema digestivo.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F9ab%2Fcac%2Fbfc%2F9abcacbfcc312c0d2c56a3d3f2b9d148.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F9ab%2Fcac%2Fbfc%2F9abcacbfcc312c0d2c56a3d3f2b9d148.jpg)
Mantener esta posición comprime ligeramente el abdomen, lo que puede interferir en el proceso natural de la digestión, sobre todo después de comer. La presión sobre el tracto gastrointestinal puede dificultar el movimiento adecuado del bolo alimenticio, provocando malestar, gases o digestiones más lentas.
Como con muchas posturas corporales, el problema no está en el gesto puntual, sino en la repetición constante y prolongada sin permitirle al cuerpo alternar y moverse. Los fisioterapeutas recomiendan cambiar de postura con frecuencia, evitar cruzar siempre la misma pierna por encima de la otra y, en la medida de lo posible, mantener ambos pies apoyados en el suelo cuando se está sentado por largos periodos.
- Caminar 30 minutos al día: el hábito sencillo que transforma tu salud después de los 45
- Los beneficios de andar descalzos: por qué se impone el barefoot chic
Cruzar las piernas al sentarse es un gesto tan común como automático. En reuniones, en casa o incluso mientras tomamos un café, muchas personas adoptan esta postura sin pensar en las consecuencias. Sin embargo, numerosos expertos en salud postural y medicina vascular advierten que esta costumbre tan extendida podría tener efectos negativos en dos aspectos fundamentales del bienestar físico: la circulación sanguínea y el proceso digestivo.