Este estudio revela que caminar 40 minutos tres veces a la semana, aumenta el tamaño del hipocampo y aumenta la memoria
Puede revertir el deterioro cognitivo asociado a la vejez
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A menudo se subestima el poder de los gestos más simples. Caminar, por ejemplo, es una actividad cotidiana, accesible y sin coste, pero sus efectos sobre la salud cerebral son sorprendentes. Según un estudio publicado en 2011 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), caminar 40 minutos tres veces por semana puede revertir la pérdida de volumen cerebral asociada al envejecimiento y, además, mejorar significativamente la memoria.
El estudio se centró en un grupo de adultos mayores sedentarios, sin demencia, que fueron divididos en dos grupos: uno realizó sesiones regulares de caminata de 40 minutos tres veces por semana, y el otro se dedicó exclusivamente a ejercicios de estiramiento y tonificación. Al cabo de un año, el grupo que caminaba mostró un aumento del 2% en el tamaño del hipocampo, la región del cerebro responsable de la memoria y la orientación espacial. En cambio, el grupo de control presentó una disminución del 1,4%, una tendencia habitual en el envejecimiento natural del cerebro.
El resultado es contundente: un hábito tan asequible como caminar con regularidad puede tener un impacto neuroprotector. El hipocampo, una de las primeras estructuras cerebrales que se deteriora con la edad y en enfermedades como el Alzheimer, respondió de forma positiva y medible al estímulo físico.
Además del aumento de volumen, los participantes que caminaron mejoraron su desempeño en pruebas de memoria espacial, evidenciando que los beneficios no eran solo estructurales, sino también funcionales.
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El hallazgo posiciona la caminata como una herramienta potente y natural para cuidar la salud cerebral. No requiere equipamiento, ni suscripciones, ni condiciones físicas especiales.
Caminar no es solo trasladarse. Es activar el cuerpo, oxigenar el cerebro y mantener vivas las conexiones neuronales. Y si esos 40 minutos, tres veces por semana, pueden traducirse en más memoria, más claridad mental y un cerebro más joven.
A menudo se subestima el poder de los gestos más simples. Caminar, por ejemplo, es una actividad cotidiana, accesible y sin coste, pero sus efectos sobre la salud cerebral son sorprendentes. Según un estudio publicado en 2011 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), caminar 40 minutos tres veces por semana puede revertir la pérdida de volumen cerebral asociada al envejecimiento y, además, mejorar significativamente la memoria.