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Esta fruta veraniega tiene grandes beneficios para los huesos y reduce el dolor muscular
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Esta fruta veraniega tiene grandes beneficios para los huesos y reduce el dolor muscular

Una razón más para disfrutar de ellas a diario durante su breve pero intensa temporada

Foto: Cerezas del Valle del Jerte. (EFE)
Cerezas del Valle del Jerte. (EFE)

Con la llegada del calor, los mercados se tiñen de rojo intenso gracias a una de las frutas más esperadas del verano: las cerezas. Dulces, jugosas y refrescantes, estas pequeñas joyas no solo son un placer para el paladar, sino también un potente aliado para la salud ósea y muscular. Aunque a menudo se las relaciona con postres o meriendas ligeras, lo cierto es que su perfil nutricional las convierte en mucho más que una simple fruta de temporada.

Uno de los beneficios menos conocidos de las cerezas es su capacidad para ayudar a proteger los huesos. Esto se debe, en parte, a su alto contenido en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios naturales como las antocianinas, que ayudan a combatir la inflamación crónica, un factor que puede incidir en el desgaste del tejido óseo con el paso del tiempo. Además, las cerezas son fuente de vitamina C, fundamental para la producción de colágeno, una proteína esencial en la estructura ósea y articular.

Pero si hay un beneficio que destaca y que ha llamado la atención del ámbito deportivo y clínico es su impacto sobre el dolor muscular. Estudios recientes han confirmado que el consumo de cerezas, especialmente en su versión concentrada como el zumo de cereza ácida o “tart cherry”, puede reducir el dolor muscular posterior al ejercicio y acelerar la recuperación. Esto se debe a sus propiedades antioxidantes, que ayudan a disminuir el estrés oxidativo causado por el esfuerzo físico intenso.

Este efecto antiinflamatorio también es relevante para personas con artritis o enfermedades reumáticas. Algunos estudios han observado que el consumo regular de cerezas podría reducir los niveles de ácido úrico en sangre y disminuir la frecuencia de los ataques de gota, una forma de artritis inflamatoria que causa dolor agudo en las articulaciones.

placeholder Cerezas. (Pexels)
Cerezas. (Pexels)

Además, las cerezas tienen un bajo índice glucémico y están compuestas en su mayoría por agua, lo que las hace aptas para dietas saludables y de control de peso. También contienen melatonina de forma natural, la hormona que regula el sueño, lo que favorece un descanso más profundo y reparador. Una buena calidad de sueño, como sabemos, también está vinculada con una mejor salud muscular y una menor percepción del dolor.

Por si fuera poco, esta fruta veraniega es rica en potasio, un mineral esencial que interviene en el equilibrio de los líquidos del cuerpo, en la contracción muscular y en el buen funcionamiento del sistema nervioso. La deficiencia de potasio puede aumentar el riesgo de calambres y fatiga, por lo que incluir cerezas en la dieta durante los meses más calurosos puede ser una buena forma de mantenerse hidratado y activo.

Con la llegada del calor, los mercados se tiñen de rojo intenso gracias a una de las frutas más esperadas del verano: las cerezas. Dulces, jugosas y refrescantes, estas pequeñas joyas no solo son un placer para el paladar, sino también un potente aliado para la salud ósea y muscular. Aunque a menudo se las relaciona con postres o meriendas ligeras, lo cierto es que su perfil nutricional las convierte en mucho más que una simple fruta de temporada.

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