Es noticia
Menú
Nayara Ortega, psicóloga: "La autoexigencia, cuando es muy elevada, es una forma de castigo porque nunca vamos a estar satisfechos”
  1. Vida saludable
aprender

Nayara Ortega, psicóloga: "La autoexigencia, cuando es muy elevada, es una forma de castigo porque nunca vamos a estar satisfechos”

La presión por rendir, cumplir y destacar puede convertirse en una trampa emocional difícil de detectar, especialmente para muchas mujeres

Foto: Nayara Ortega (Cortesía de su web)
Nayara Ortega (Cortesía de su web)

Cumplir con todo, estar en todo, hacerlo todo… y hacerlo bien. La autoexigencia se ha convertido en un patrón invisible que atraviesa muchas vidas, y aunque a veces parezca una virtud, cuando se lleva al extremo puede transformarse en una forma de maltrato interno, advierte Nayara Ortega, psicóloga.

Nos castigamos cuando somos autoexigentes porque nunca vamos a estar satisfechos con nada de lo que hagamos”, explica. Lo preocupante no es solo la intensidad de esta exigencia, sino el hecho de que suele asumirse como algo normal, incluso deseable. Pero, como señala Ortega, esta presión perpetua puede volverse un castigo silencioso.

Aunque la autoexigencia afecta a muchas personas, Nayara Ortega pone el foco especialmente en cómo impacta en las mujeres, quienes muchas veces, más allá de sus propios estándares, deben enfrentarse también a expectativas impuestas por una sociedad que no deja margen para el error ni la pausa.

A veces se nos exige ser madres como si no trabajáramos y trabajar como si no fuéramos madres”, denuncia. La paradoja es clara y cruel: rendir en todos los ámbitos como si ninguno interfiriera en el otro, mantener siempre la energía alta y la sonrisa puesta, incluso cuando falta descanso, tiempo o motivación.

placeholder Estos dispositivos te harán sumar la última tecnología a tus rutinas de belleza desde casa (Pexels)
Estos dispositivos te harán sumar la última tecnología a tus rutinas de belleza desde casa (Pexels)

El modelo ideal de mujer parece incluir, según Ortega, una cadena de metas diarias inasumibles: “Beber dos litros de agua, cumplir con una rutina de belleza, mantenerse en forma… porque si no lo haces, parece que estás quedando fuera, que no lo estás haciendo bien”.

El deseo de ser la mejor en todo no solo es irreal, sino que también es agotador, especialmente cuando se vive como una obligación constante y no como una elección personal. Como ella misma afirma: “El querer exigir, ser el mejor en todo y llegar a todo… No, eso no es posible”.

placeholder Cuidarse no es un acto egoista. (Freepik)
Cuidarse no es un acto egoista. (Freepik)

La autoexigencia puede tener una cara constructiva, pero necesita equilibrio. Reconocer nuestros propios límites, aceptar que no se puede con todo y aprender a decir “basta” a tiempo no es rendirse, es cuidarse.

Cumplir con todo, estar en todo, hacerlo todo… y hacerlo bien. La autoexigencia se ha convertido en un patrón invisible que atraviesa muchas vidas, y aunque a veces parezca una virtud, cuando se lleva al extremo puede transformarse en una forma de maltrato interno, advierte Nayara Ortega, psicóloga.

Bienestar Vida saludable
El redactor recomienda