Ana Pérez Ballesta, médico: "¿Por qué deberías cepillarte los dientes antes de desayunar? Elimina las bacterias"

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Aunque muchas personas optan por cepillarse los dientes después del desayuno, cada vez más expertos insisten en que el orden correcto debería ser el contrario. Y no es solo una cuestión de costumbre: hay razones científicas y clínicas detrás.

La médico Ana Pérez Ballesta, en una publicación divulgativa en Instagram, explica que durante la noche “se reduce la producción de saliva, lo que favorece el crecimiento de bacterias orales”. Estas bacterias, al entrar en contacto con los azúcares del desayuno, fermentan y producen ácidos que “aumentan el riesgo de caries y erosión dental”.

El problema se agrava con algunos alimentos habituales por la mañana. El café, los zumos o las frutas tienen un pH ácido que, al ser consumidos con el esmalte aún desprotegido, pueden reblandecerlo. En ese contexto, cepillarse justo después puede tener un efecto contraproducente. “Si te cepillas justo después, puedes acelerar su desgaste”, advierte la doctora.

Frente a esto, cepillarse antes de desayunar presenta claras ventajas: elimina la placa acumulada durante la noche, refuerza el esmalte gracias al flúor y estimula la saliva, que actúa como barrera natural contra los ácidos. “Protege el esmalte al formar una capa de flúor. Estimula la producción de saliva, que neutraliza ácidos”, resume Pérez Ballesta.

Pero la salud oral va más allá de los dientes. Según esta médico, la microbiota oral —es decir, las bacterias que habitan nuestra boca— puede influir en el resto del organismo. Algunas especies como 'Fusobacterium nucleatum' o 'Porphyromonas gingivalis' pueden migrar al intestino, contribuir a procesos inflamatorios y se han relacionado con enfermedades como la inflamatoria intestinal o incluso el cáncer colorrectal.

La conexión podría extenderse incluso al cerebro. “Se han detectado 'P. gingivalis' y sus toxinas en cerebros con Alzheimer”, apunta la experta, lo que alimenta la hipótesis de que la periodontitis podría contribuir a la neuroinflamación y al deterioro cognitivo.

“La boca es la puerta de entrada a la salud… o la ‘puerta de entrada’ microbiana hacia la inflamación crónica multisistémica. Depende de ti”, concluye. Eso sí, como siempre, este consejo no sustituye la valoración individual de un profesional sanitario.