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Giro de 180 grados: esta es la actividad cotidiana que produce más serotonina de forma natural, según la psicología
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Giro de 180 grados: esta es la actividad cotidiana que produce más serotonina de forma natural, según la psicología

Según las últimas investigaciones científicas hay una actividad que consigue apartar los pensamientos intrusivos y fomentar la hormona de la felicidad

Foto: Esta es la actividad que produce más serotonina. (iStock)
Esta es la actividad que produce más serotonina. (iStock)

La serotonina, esa hormona de la felicidad que todos queremos en nuestro cuerpo y que, en ocasiones, no sabemos muy bien cómo conseguirla. Sin embargo, hay una actividad muy cotidiana y al alcance de todos que según recientes investigaciones y expertos en neurociencia es el ejercicio con el que más rápido podemos generarla. Es algo tan simple y sencillo como usar las manos: las tareas manuales.

Desde tejer, cocinar, pintar, bordar o hacer cerámica, todo lo que implique un trabajo artesanal puede convertirse en una auténtica medicina natural para nuestro cerebro. Y la clave está en la serotonina, ese neurotransmisor vinculado al buen ánimo, la motivación y la sensación de plenitud. Cuando nuestras manos están ocupadas, especialmente en actividades creativas o repetitivas, nuestro cerebro entra en un estado similar al de la meditación activa, liberando serotonina de manera sostenida y natural. Según los investigadores, el cerebro humano está biológicamente preparado para experimentar placer cuando nuestras acciones tienen un resultado visible y tangible. Esta satisfacción genera un circuito de recompensa que incrementa la producción de serotonina, ayudando a estabilizar nuestro estado de ánimo e incluso combatir síntomas leves de ansiedad o depresión.

placeholder Las manualidades producen un placer inmediato. (Pexels)
Las manualidades producen un placer inmediato. (Pexels)

Las manualidades también fomentan la atención plena, reduciendo la rumiación mental y los pensamientos intrusivos. No es casualidad que en países nórdicos —donde la salud mental es una prioridad— se promueva el tejido o la carpintería como parte de terapias complementarias. En Japón, incluso, hay clínicas que integran el kintsugi (la técnica de reparar cerámica rota) como terapia emocional. Además, a diferencia de otras prácticas de bienestar que requieren tiempo, dinero o entrenamiento previo, las tareas manuales están al alcance de casi cualquiera. Basta con dedicar unos minutos al día para notar sus efectos. Lo importante no es el resultado perfecto, sino el proceso. Dejar que las manos trabajen mientras la mente se relaja es una forma natural de autocuidado, y cada vez más personas están redescubriendo estos pequeños placeres cotidianos como una vía de reconexión consigo mismas.

Así que si últimamente hemos sentido que necesitamos un respiro emocional, tal vez la solución no esté en buscar algo nuevo, sino en volver a lo básico: usar las manos para crear, transformar y, de paso, sanar.

La serotonina, esa hormona de la felicidad que todos queremos en nuestro cuerpo y que, en ocasiones, no sabemos muy bien cómo conseguirla. Sin embargo, hay una actividad muy cotidiana y al alcance de todos que según recientes investigaciones y expertos en neurociencia es el ejercicio con el que más rápido podemos generarla. Es algo tan simple y sencillo como usar las manos: las tareas manuales.

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