Qué es el funcionamiento ejecutivo y por qué deberías dedicar tiempo a entrenarlo para organizarte mejor
Entrenar tu mente para dirigir con claridad tus acciones no es un lujo, sino una necesidad
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff18%2Fc90%2Fbf5%2Ff18c90bf5d21ded2a719d0abf1693d54.jpg)
- Nazareth Castellanos, neurocientífica: “Todo el mundo te habla de la cúrcuma, pero nadie te dice que hay otra especia igual de poderosa para proteger a tu cerebro del Alzheimer”
- Nazareth Castellanos, neurocientífica: "El olfato nos conecta con el pasado, hay una conexión directa entre él y el cerebro"
En un mundo donde las distracciones son constantes y las exigencias se acumulan, la capacidad de planificar, priorizar y mantener la atención se ha vuelto más valiosa que nunca. Detrás de estas habilidades está lo que los neuropsicólogos llaman funcionamiento ejecutivo, un conjunto de procesos mentales que nos permite tomar decisiones, controlar impulsos y alcanzar metas. Aunque poco conocido fuera del ámbito científico, entrenar estas funciones puede marcar una diferencia real en la vida cotidiana.
El funcionamiento ejecutivo es, en términos sencillos, el “director de orquesta” del cerebro. Está relacionado con regiones específicas de la corteza prefrontal, y regula tres capacidades principales: la memoria de trabajo, que nos permite retener información a corto plazo mientras la usamos; el control inhibitorio, que nos ayuda a resistir distracciones y reaccionar con autocontrol; y la flexibilidad cognitiva, esencial para adaptarnos a cambios y resolver problemas de manera eficaz.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffc7%2F38f%2F2b1%2Ffc738f2b140cbfb6eeafa36d0509d3cd.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffc7%2F38f%2F2b1%2Ffc738f2b140cbfb6eeafa36d0509d3cd.jpg)
Estas funciones son fundamentales tanto para tareas complejas —como estudiar, planificar una semana de trabajo o gestionar un proyecto— como para las más cotidianas: desde no olvidar una cita hasta decidir qué supermercado conviene visitar.
Estudios publicados en revistas como Neuropsychologia y Frontiers in Human Neuroscience han demostrado que es posible mejorar las funciones ejecutivas con entrenamiento específico. Actividades como la meditación, el ajedrez, ciertos videojuegos, la práctica regular de ejercicio físico o técnicas de organización como el método GTD (“Getting Things Done”) ayudan a fortalecer estas áreas cerebrales.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Feb6%2F8fb%2F4c4%2Feb68fb4c46d97180f4089f7000a6545a.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Feb6%2F8fb%2F4c4%2Feb68fb4c46d97180f4089f7000a6545a.jpg)
También se ha comprobado que llevar una agenda, dividir tareas complejas en pasos pequeños y practicar la toma de decisiones con consciencia son estrategias eficaces para desarrollar un funcionamiento ejecutivo más robusto.
¿Por qué deberías entrenarlo? Porque una buena función ejecutiva mejora directamente tu productividad, tu bienestar emocional y tu capacidad de mantener hábitos saludables. Las personas con buen funcionamiento ejecutivo suelen manejar mejor el estrés, evitar la procrastinación y mantener el foco incluso ante presiones externas. Además, esta capacidad se vuelve especialmente importante en etapas como la adolescencia, la vida universitaria, la crianza de hijos o cualquier momento de alta demanda cognitiva. Lejos de ser una habilidad fija, el funcionamiento ejecutivo es maleable. Con práctica y constancia, es posible volverse más organizado, tomar decisiones más acertadas y gestionar mejor el tiempo.
- Nazareth Castellanos, neurocientífica: “Todo el mundo te habla de la cúrcuma, pero nadie te dice que hay otra especia igual de poderosa para proteger a tu cerebro del Alzheimer”
- Nazareth Castellanos, neurocientífica: "El olfato nos conecta con el pasado, hay una conexión directa entre él y el cerebro"
En un mundo donde las distracciones son constantes y las exigencias se acumulan, la capacidad de planificar, priorizar y mantener la atención se ha vuelto más valiosa que nunca. Detrás de estas habilidades está lo que los neuropsicólogos llaman funcionamiento ejecutivo, un conjunto de procesos mentales que nos permite tomar decisiones, controlar impulsos y alcanzar metas. Aunque poco conocido fuera del ámbito científico, entrenar estas funciones puede marcar una diferencia real en la vida cotidiana.