Elsa Punset, experta en crecimiento personal: “Querer sentirnos mejor es ya un primer paso para sentirse bien”
Sonreír puede convertirse en un recurso poderoso para mejorar el estado de ánimo y volver a conectar con uno mismo
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No siempre es fácil sentirse bien. Hay días en los que la desgana pesa, los pensamientos se enredan y la energía emocional está apagada. En esos momentos, cuando incluso una sonrisa se hace cuesta arriba, puede que el cuerpo tenga más que decir de lo que pensamos. Elsa Punset, experta en crecimiento personal, propone una herramienta sencilla y accesible para iniciar ese cambio desde fuera hacia dentro.
“Si no te sientes bien, pero pones cara de que estás bien, por ejemplo, cuando sonríes mecánicamente, estás generando una química del bienestar que te va a hacer sentir mejor”, explica. Esa sonrisa forzada, que a menudo se evita por parecer artificial, activa en realidad una respuesta física con impacto emocional.
La clave está en los músculos de la cara. Al contraerse como si se estuviera sonriendo, el cerebro interpreta esa señal como un estímulo positivo. Se libera dopamina, uno de los neurotransmisores relacionados con la sensación de bienestar. Y lo más interesante es que no es necesario sentirse bien para activar ese proceso.
Punset propone un ejercicio muy fácil: “Un lápiz lo tiene cualquiera en casa o en la oficina. Y un mal momento también”. Solo hay que colocar el lápiz en horizontal entre los dientes, como si se sonriera, y mantenerlo durante unos 15 segundos, y ese gesto tiene efectos reales. “En este tiempo lograrás que los músculos se relajen y la respiración se calme. Con esta pequeña rutina podrás empezar a mejorar tu humor”, añade.
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Aunque no se trata de una solución para todo, sí puede ser una herramienta más en el día a día, especialmente útil en momentos de bajón anímico. No sustituye a la escucha emocional, la terapia o el autocuidado profundo, pero sí representa una forma práctica de reconectar con el cuerpo y activar pequeñas respuestas positivas.
“Querer sentirnos mejor es ya un primer paso para sentirse bien”, recuerda Punset. Y ese deseo, por pequeño que sea, puede materializarse en acciones simples que nos devuelvan algo de equilibrio.
No siempre es fácil sentirse bien. Hay días en los que la desgana pesa, los pensamientos se enredan y la energía emocional está apagada. En esos momentos, cuando incluso una sonrisa se hace cuesta arriba, puede que el cuerpo tenga más que decir de lo que pensamos. Elsa Punset, experta en crecimiento personal, propone una herramienta sencilla y accesible para iniciar ese cambio desde fuera hacia dentro.