David del Rosario, doctor en neurociencia: "Hay dos formas de vivir la vida. Una de ellas es ser consciente de cómo funciona mi mente y mi organismo"
¿Y si tus pensamientos no fueran verdades absolutas, sino interpretaciones? Comprender cómo funciona la mente podría cambiar por completo la forma en que vivimos
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¿Cómo vivimos realmente la vida? ¿De forma consciente o simplemente reaccionando ante lo que ocurre a nuestro alrededor? En una sociedad marcada por la inmediatez, las exigencias externas y el bombardeo constante de estímulos, muchas personas transitan su día a día sin detenerse a reflexionar sobre el origen de sus pensamientos, emociones o reacciones. Para muchos, lo que piensan es sinónimo de verdad. Pero ¿y si no lo fuera?
David del Rosario, doctor en neurociencia, ofrece una reflexión reveladora sobre esta cuestión en el programa 'Aprendemos juntos 2030' de BBVA. Según explica, existen dos formas fundamentales de vivir: una es “siendo consciente de cómo funciona mi mente y mi organismo”, y la otra, mucho más común, es hacerlo sin ese conocimiento, como si se tratara de un piloto automático.
El neurocientífico señala que, cuando una persona no entiende cómo funciona su propia mente, tiende a interpretar sus pensamientos como hechos objetivos. “Creo que lo que yo pienso viene generado por el otro. Entonces convierto eso en un hecho, convierto eso en mi verdad”, afirma. Esta confusión puede generar malentendidos, conflictos o juicios erróneos tanto hacia uno mismo como hacia los demás.
En cambio, quien se toma el tiempo de comprender su funcionamiento interno —tanto a nivel mental como corporal— empieza a observar sus pensamientos con mayor distancia. “Una persona que asume cómo funciona su mente y su organismo es consciente de que aquello que piensa solo es una posibilidad y no es mejor que lo que piensas tú”, añade. Este cambio de perspectiva fomenta la empatía, la humildad y la autocomprensión.
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Del Rosario resalta que asumir la responsabilidad de los propios pensamientos transforma la manera en que nos relacionamos con ellos. “Cuando haces ese gesto, empiezas a relacionarte con tus pensamientos de una manera completamente diferente”, concluye.
Comprender cómo funciona nuestra mente no solo ayuda a mejorar la relación con los pensamientos, sino que también abre la puerta a una vida más equilibrada y consciente. No se trata de dejar de pensar, sino de aprender a observar lo que pensamos con mayor responsabilidad y perspectiva.
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