Rafa Guerrero, psicólogo: “La sobreprotección ocurre cuando el padre o la madre se dejan guiar por sus propios miedos infantiles”
Lo que más fortalece a un niño no es que le eviten el tropiezo, sino que sepan estar ahí cuando se levanta
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff21%2Fbe1%2F0d2%2Ff21be10d2cd12b787abcec1567bfd0fa.jpg)
- Adrián Chico, psicólogo experto en sexología: "El triolismo consiste en que tú gozas de ver el disfrute de tu pareja con un tercero"
- Claudia Nicolasa, psicóloga: "Hay un tipo de narcisista que me da especial rabia porque no soléis detectarlo"
¿Hasta qué punto proteger a un hijo puede volverse contraproducente? El psicólogo Rafael Guerrero lanza una advertencia clara en su conversación con Álex Fidalgo para el pódcast ‘Lo que tú digas’: detrás de muchos gestos aparentemente amorosos se esconde una trampa emocional que condiciona el desarrollo de los niños. “La sobreprotección ocurre cuando el padre o la madre se dejan guiar por sus propios miedos infantiles”, afirma Guerrero, desmontando la idea de que impedir riesgos es sinónimo de cuidar.
Para Guerrero, especialista en psicología infantil y referente en temas de educación emocional, la sobreprotección no es amor: es una forma de control que nace del miedo. Y ese miedo, dice, no pertenece al niño, sino al adulto. “El niño no tiene miedo, tiene curiosidad”, insiste. Sin embargo, ese impulso natural hacia la exploración y la autonomía queda bloqueado cuando los padres, por inseguridad propia, anticipan peligros en cada paso.
@rafaguerreropsicologo Buenas noches, ¿cómo estáis? En este vídeo hablo de lo que ocurre cuando un niño crece en un entorno de sobreprotección. Si no se le permite equivocarse, frustrarse o tomar decisiones, ese niño se convierte en un adulto con dificultades para poner límites, decir que no y sostenerse en la incertidumbre. Gracias a @alexfidalgo y @lqtdradio por invitarme a reflexionar sobre ello. Un abrazo.
♬ sonido original - Rafa Guerrero
Las intenciones pueden ser buenas, pero los efectos no lo son tanto. Según Guerrero, impedir que los niños enfrenten desafíos, tomen decisiones o incluso se equivoquen, deja huella. “Un niño que ha estado sobreprotegido durante su infancia por sus padres se va a convertir en una persona súper indecisa de mayor y no va a saber poner límites”, advierte. Le costará decir que no, tomar decisiones cotidianas e incluso confiar en sus propias capacidades. El resultado: adultos dependientes, con baja tolerancia a la frustración y una autoestima frágil. “El niño empieza delegando en mamá y papá, y acaba sintiendo que no puede hacer las cosas por sí mismo”, señala Guerrero, quien recuerda que en muchas ocasiones es el adulto quien transmite, sin querer, el mensaje de que el niño no es capaz.
Para Guerrero, el error no es algo que haya que evitar, sino un ingrediente fundamental del aprendizaje. “La primera vez que coges un cuchillo, no lo haces bien; la primera vez que juegas a los bolos, no haces un pleno”, ilustra. Fracasar, frustrarse, intentarlo otra vez: todo eso educa. Y lo que necesitan los niños, dice, no es que les eviten esos procesos, sino que los acompañen en ellos.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F25b%2F833%2Fee4%2F25b833ee409f822b7f2bb54d0e894ccd.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F25b%2F833%2Fee4%2F25b833ee409f822b7f2bb54d0e894ccd.jpg)
Por eso, el psicólogo no defiende una crianza permisiva ni un “sálvese quien pueda”. Habla de una presencia que acompaña sin asfixiar. Una crianza que valide las emociones del niño, le anime a probar de nuevo y le transmita el mensaje más importante de todos: “Puedes hacerlo. Confío en ti.”
Más allá de la autonomía, Guerrero pone sobre la mesa otro pilar esencial: el amor incondicional. Frente a modelos educativos que refuerzan al niño solo cuando cumple expectativas —saca buenas notas, obedece, destaca—, el psicólogo propone una mirada que valore a los hijos simplemente por quienes son. “Yo quiero a mis hijos por el simple hecho de que son mis hijos”, resume. Sin condiciones. Sin etiquetas. Solo amor.
- Adrián Chico, psicólogo experto en sexología: "El triolismo consiste en que tú gozas de ver el disfrute de tu pareja con un tercero"
- Claudia Nicolasa, psicóloga: "Hay un tipo de narcisista que me da especial rabia porque no soléis detectarlo"
¿Hasta qué punto proteger a un hijo puede volverse contraproducente? El psicólogo Rafael Guerrero lanza una advertencia clara en su conversación con Álex Fidalgo para el pódcast ‘Lo que tú digas’: detrás de muchos gestos aparentemente amorosos se esconde una trampa emocional que condiciona el desarrollo de los niños. “La sobreprotección ocurre cuando el padre o la madre se dejan guiar por sus propios miedos infantiles”, afirma Guerrero, desmontando la idea de que impedir riesgos es sinónimo de cuidar.