Lo estás haciendo mal: una guía para limpiar el baño y que quede impecable
Siguiendo estos pasos y manteniendo un orden lógico en el proceso, tu baño dejará de ser un espacio olvidado y se convertirá en un área limpia
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Un baño reluciente no es fruto del azar, sino el resultado de una rutina de limpieza meticulosa y ordenada. Para quienes desean transformar este espacio tan utilizado en un lugar verdaderamente impecable, presentamos una guía paso a paso que abarca hasta los rincones más difíciles, asegurando una limpieza eficaz y duradera. La clave de una buena limpieza reside en seguir un orden lógico. Antes de comenzar, es recomendable retirar todos los objetos personales, toallas y alfombrillas, y ventilar el ambiente. Con el baño prácticamente vacío, se facilita el acceso a cada superficie y se evita la acumulación de polvo o residuos en áreas ocultas.
El primer paso es el tratamiento de la ducha o bañera. Se recomienda aplicar un desinfectante específico en las paredes, puertas o cortinas y dejar actuar el producto durante unos minutos. Mientras tanto, dedica unos minutos a frotar con una esponja o cepillo las juntas y rincones donde se acumula la grasa y el jabón. No olvides limpiar los grifos y las superficies metálicas, utilizando un limpiador adecuado que evite las manchas de agua dura y la corrosión.
Una vez terminada la zona de ducha, el siguiente paso es el inodoro. Empieza por aplicar un producto desinfectante en el interior de la taza, dejando que actúe para eliminar bacterias y malos olores. Con un cepillo especial, frota bien todas las áreas, prestando atención a los bordes y a la base del asiento. Luego, limpia el exterior del inodoro, desde la tapa hasta la base, utilizando paños de microfibra y un desinfectante multiusos que deje una sensación de frescura.
Las encimeras, lavabos y espejos constituyen otra área crucial. Limpia primero el lavabo y la grifería, removiendo restos de pasta de dientes y agua estancada, para luego pasar al espejo con un limpiavidrios y un paño sin pelusa, logrando una transparencia sin rayas. Es importante dedicar especial atención a los bordes y a las áreas donde se acumula el polvo, como alrededor del grifo y las cañerías.
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La limpieza de los azulejos y suelos completa la rutina. Los azulejos pueden acumular restos de jabón y suciedad en las juntas; por ello, aplicar un limpiador desincrustante y frotar con un cepillo de cerdas duras ayudará a dejarlos como nuevos. Finalmente, barre y friega el suelo con un producto que no solo elimine la suciedad, sino que también desinfecte, prestando especial atención a las esquinas y debajo de los muebles o accesorios que quedan en el baño.
Para lograr resultados óptimos, es aconsejable realizar esta rutina de limpieza al menos una vez a la semana. Además, la utilización de productos ecológicos y herramientas adecuadas, como guantes y paños de microfibra, no solo facilita el trabajo, sino que también contribuye a preservar la salud y el medio ambiente.
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