Silvia Congost, psicóloga: "Para que una relación a distancia y el amor a distancia funcione, necesita unos nutrientes y unos cuidados"

Las relaciones a distancia siempre despiertan dudas. ¿Pueden sobrevivir sin el contacto físico diario? ¿O están condenadas a apagarse con el tiempo? La psicóloga Silvia Congost ha querido responder a esta cuestión con un mensaje claro: no son la situación ideal, pero sí pueden funcionar bajo ciertas condiciones.

“Una relación de pareja necesita contacto, cercanía y presencia”, afirma Congost. Sin embargo, puntualiza que, si la separación es temporal y el vínculo es sano, “no tiene por qué romperse”. El reto, explica, está en que el amor no se desgaste con la distancia y eso solo es posible si la relación recibe los “nutrientes y cuidados” necesarios.

Para la psicóloga, mantener viva una relación cuando hay kilómetros de por medio exige tres pilares básicos​: interés mutuo, presencia incluso en la ausencia y afecto constante. No basta con esperar a la próxima visita programada. Es necesario sorprender, tener gestos espontáneos y recordar al otro que sigue siendo importante.

Además, propone, por ejemplo, adelantar un encuentro para dar una sorpresa, escribir o llamar sin que haya un motivo concreto, hacer una videollamada para compartir algo cotidiano o tener presente lo que el otro valora. Son pequeños gestos que, acumulados, fortalecen el vínculo y transmiten cercanía emocional.

La psicóloga advierte también de los riesgos. Si en una relación a distancia desaparecen las llamadas, los mensajes o las muestras de interés, la situación se complica. “Si además de no verle, es una persona que no te llama, que no demuestra interés, que nunca te dice nada y te genera desconfianza, todo se hace más pesado y complejo”, explica. En estos casos, la distancia no solo separa físicamente, sino que también evidencia la falta de compromiso.

Congost subraya que el amor, para ser sano, debe aportar calma y seguridad. Cuando una relación a distancia se vive con angustia, dudas constantes y sensación de abandono, probablemente ha perdido su sentido. “El amor tiene que darte paz”, concluye.