Alicia González, psicóloga: "Cuando tu tienes un casi algo, eso te da derecho a sufrir y pasar un duelo"
Los llamados “casi algo” se han convertido en una de las experiencias sentimentales más comunes de la era digital y, aunque no lleguen a ser una relación formal, también duelen y merecen un duelo
La experta explica los motivos por los que ocurre. (TikTok / Alicia Gonzalez Psicología)
Sobre esta experiencia ha reflexionado la psicóloga Alicia González, quien ha querido desmontar la idea de que un “casi algo” carece de importancia. Para ella, restarle valor a estas historias con frases como “no éramos nada” supone una forma de autoengaño que solo agrava el malestar. “Cuando tú tienes un casi algo y se acaba, y la frase que te sale decir es que no éramos nada, para mí eso ya parte de un error, porque sí que fuisteis”, señala.
La especialista insiste en que el sufrimiento que dejan estos vínculos es real, aunque no exista un compromiso explícito de por medio. Lo que más duele, explica, es la acumulación de expectativas frustradas: “Sobre todo, os quedasteis en todo lo que pudo ser y no fue. Y eso duele mucho”. Esa sensación de lo inconcluso, de lo que quedó a medio camino, suele generar un duelo emocional tan legítimo como el que sigue a una ruptura convencional.
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Desde la perspectiva psicológica, González subraya que negar la importancia de un “casi algo” equivale a invalidar las propias emociones. Muchas personas atraviesan la tristeza intentando convencerse de que “no fue nada”, cuando en realidad sí lo fue: fue un vínculo, una ilusión, una construcción compartida que no terminó de consolidarse, pero que dejó huella. “Aceptar que se ha perdido algo”, dice la psicóloga, “es el primer paso para transitar el dolor y poder seguir adelante”.
La interdependencia es la clave para un buen funcionamiento de la relación de pareja (Pexels/ Anastasiya Lobanovskaya)
El problema, según advierten los expertos, es que los “casi algo” no suelen tener un cierre claro. Al no haberse definido nunca como pareja, muchas veces tampoco existe una ruptura explícita. Esa ambigüedad genera un vacío mayor, porque la persona que queda herida no solo enfrenta la pérdida, sino también la duda de si realmente “tenía derecho” a sufrir.
Precisamente por eso, González insiste en la importancia de validar el duelo. La psicóloga recuerda que lo que legitima una relación no es su duración ni su etiqueta, sino la carga emocional que se ha depositado en ella. Y, desde ese punto de vista, un “casi algo” puede ser tan intenso y doloroso como una historia más larga y consolidada.