Olga Albaladejo, psicóloga: "Tres señales de que necesitas parar, aunque creas que no puedes"

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Escuchar al cuerpo no siempre es fácil en una sociedad que premia la productividad y el estar siempre disponibles. Sin embargo, para la psicóloga Olga Albaladejo, ignorar las señales físicas y emocionales del estrés puede tener un coste alto. “Hay momentos en los que el cuerpo habla… y nosotros seguimos adelante como si nada”, advierte en uno de sus últimos mensajes.

En consulta, explica, es frecuente encontrarse con personas que han normalizado el malestar, que llevan meses sintiéndose desbordadas, raras o con síntomas difusos, y que solo cuando el cuerpo las frena deciden parar. Irritabilidad constante, bloqueos mentales, dolores físicos sin causa aparente o resfriados recurrentes no son simples casualidades: “Eso también es estrés. Eso también es sobrecarga. Eso también es una llamada de atención”, subraya la especialista.

Tres señales que no debes ignorar

Albaladejo identifica tres síntomas frecuentes que suelen pasarse por alto pero que, en realidad, son avisos de que el cuerpo necesita un descanso:

1. Resfriados continuos que se atribuyen al aire acondicionado o a factores externos, cuando en muchos casos están relacionados con un sistema inmune debilitado por la sobrecarga.
2. Molestias digestivas persistentes, a pesar de que las pruebas médicas no muestran ninguna alteración. El intestino, recuerda la psicóloga, es un reflejo sensible de la tensión emocional.
3. Dolores físicos y agotamiento generalizados, que muchas personas justifican como “tensión acumulada”, aunque en realidad son el modo que tiene el cuerpo de pedir una pausa.

A todo ello se suman otros indicadores habituales como el insomnio, la irritabilidad, la confusión mental o la sensación de no reconocerse a uno mismo en el día a día.

Cuando el cuerpo decide por ti

Desde la psicología integrativa, Albaladejo insiste en que “el cuerpo lleva la cuenta” y, cuando la persona no es capaz de detenerse, “él te para por ti”. Por eso, sostiene que parar no debe interpretarse como un fracaso ni una rendición, sino como un acto de cuidado y prevención. “Parar es escuchar lo que el cuerpo intenta decirte desde hace tiempo. Es elegir cuidarte sin esperar al diagnóstico”.

La psicóloga lanza un recordatorio en el que no hay que esperar a que el organismo grite lo que antes susurraba. Las señales, aunque molestas o incómodas, son una oportunidad para actuar a tiempo y evitar que el malestar se transforme en una enfermedad.