Qué es el síndrome post vacacional y cómo aliviarlo, según los psicólogos

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Volver a la rutina después de unas vacaciones puede resultar más difícil de lo que parece. Esa sensación de cansancio, irritabilidad o falta de motivación que muchas personas experimentan en los primeros días tras reincorporarse al trabajo tiene un nombre: síndrome post vacacional. Aunque no está considerado una enfermedad en sí misma, los psicólogos coinciden en que sus efectos son reales y pueden afectar tanto al bienestar emocional como al rendimiento laboral.

El síndrome post vacacional se define como un conjunto de síntomas físicos y emocionales que aparecen cuando una persona retoma sus actividades habituales tras un periodo de descanso. Suele durar entre unos pocos días y dos semanas, y es más común en quienes han disfrutado de vacaciones largas o en quienes no se sienten satisfechos con su entorno de trabajo. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran la fatiga, las dificultades de concentración, los cambios en el sueño —como insomnio o somnolencia excesiva—, la ansiedad, la apatía o incluso molestias físicas como dolores de cabeza o musculares.

Según los especialistas, este fenómeno ocurre por el contraste entre el estado de relajación alcanzado en vacaciones y la exigencia que impone la rutina laboral o académica. El cuerpo y la mente necesitan un periodo de adaptación. Pasar de la libertad de horarios al cumplimiento de responsabilidades genera un choque que puede manifestarse en forma de estrés.

La buena noticia es que se trata de un malestar pasajero y que existen formas sencillas de aliviarlo. Los expertos recomiendan planificar el regreso con calma, evitando que el primer día coincida con un exceso de tareas pendientes. Mantener hábitos saludables, como dormir lo suficiente, cuidar la alimentación y realizar ejercicio físico, también ayuda a estabilizar el estado de ánimo.

Del mismo modo, reservar tiempo para actividades de ocio y organizar la jornada laboral en bloques con pausas programadas puede reducir la sensación de agobio. Adoptar una actitud positiva, enfocándose en aspectos motivadores como los retos profesionales o el reencuentro con compañeros, favorece además una mejor adaptación.

Por lo general, los síntomas desaparecen en cuestión de días. Sin embargo, si el malestar se prolonga más allá de dos semanas o interfiere de manera significativa en la vida diaria, los psicólogos aconsejan buscar ayuda profesional. En algunos casos, el llamado síndrome post vacacional puede estar enmascarando un problema más profundo relacionado con el estrés laboral o el burnout, que sí requiere atención especializada.