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Ni en la lavadora ni en seco: esta es la forma adecuada de lavar unas zapatillas de piel sin que se estropeen
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Ni en la lavadora ni en seco: esta es la forma adecuada de lavar unas zapatillas de piel sin que se estropeen

Cuidar unas zapatillas de piel no es complicado, pero sí requiere constancia y mimo

Foto: Los mejores zapatos para trabajar de pie (iStock)
Los mejores zapatos para trabajar de pie (iStock)

Las zapatillas de piel se han convertido en un básico del armario. Cómodas, versátiles y con un toque sofisticado, son la elección perfecta tanto para looks informales como para estilismos más cuidados. Sin embargo, su mayor enemigo no está en la moda, sino en el mantenimiento: ¿cómo lavarlas sin estropearlas? Lo primero que advierten los especialistas es claro: ni lavadora ni limpieza en seco. Ambos métodos pueden dañar la piel, deformarla e incluso acortar drásticamente la vida útil del calzado.

La piel es un material natural que requiere un cuidado específico. Introducir unas zapatillas de este tipo en la lavadora somete al tejido a movimientos bruscos y a un exceso de humedad que lo debilita, lo reseca y puede generar grietas. La limpieza en seco, por su parte, emplea productos químicos demasiado agresivos que alteran el acabado y deterioran su textura. La alternativa es mucho más sencilla y delicada: la limpieza manual con productos adecuados.

placeholder Las zapatillas de Converse. (Unsplash)
Las zapatillas de Converse. (Unsplash)

El primer paso consiste en retirar el polvo y la suciedad superficial con un paño suave o un cepillo específico para piel. Después, conviene preparar una mezcla de agua tibia y un jabón neutro (nunca detergentes agresivos) para limpiar suavemente la superficie con un paño ligeramente humedecido. Es importante no empapar la piel, sino pasar el trapo en movimientos circulares y pequeños.

Una vez eliminadas las manchas, llega el momento del secado. Lo recomendable es dejar las zapatillas al aire libre, a la sombra y lejos de fuentes directas de calor como radiadores o secadores. De esta forma, se evita que la piel se reseque o se deforme. Para mantener su forma, se aconseja rellenarlas con papel absorbente o con hormas de madera mientras se secan.

placeholder Limpiar zapatos (iStock)
Limpiar zapatos (iStock)

El último paso es la hidratación. Al igual que la piel humana, este material necesita nutrición para conservarse flexible y brillante. Para ello existen cremas y bálsamos específicos para calzado de piel que se aplican con un paño limpio y se dejan absorber. Además de hidratar, crean una fina película protectora contra la humedad y la suciedad.

Si las zapatillas son de piel blanca, un truco adicional es emplear productos diseñados para devolver el color y evitar el amarilleo, que suelen encontrarse en tiendas de calzado. En el caso de piel vuelta o ante, la técnica cambia ligeramente, siendo fundamental usar cepillos de cerdas finas y sprays impermeabilizantes que repelen el agua y las manchas.

Las zapatillas de piel se han convertido en un básico del armario. Cómodas, versátiles y con un toque sofisticado, son la elección perfecta tanto para looks informales como para estilismos más cuidados. Sin embargo, su mayor enemigo no está en la moda, sino en el mantenimiento: ¿cómo lavarlas sin estropearlas? Lo primero que advierten los especialistas es claro: ni lavadora ni limpieza en seco. Ambos métodos pueden dañar la piel, deformarla e incluso acortar drásticamente la vida útil del calzado.

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