Si tienes la grifería negra acaba con la cal con este truco de Lucía Lipperheide: "Todo sin esfuerzo"

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La cal es uno de los problemas más habituales en baños y cocinas. No se trata de suciedad corriente, sino de minerales del agua que se incrustan en superficies y terminan apagando su brillo. Con algunos ingredientes básicos que todos tenemos en casa, es posible eliminarla y recuperar el aspecto original sin apenas esfuerzo.

La experta en limpieza Lucía Lipperheide ha compartido en sus redes sociales un truco sencillo para mantener la grifería negra como nueva. "La cal y la grifería negra no se llevan bien, pero te reto a dejarla como yo. Coge papel absorbente y vinagre blanco. Envuelve todo con el papel y empapa en vinagre. Deja actuar 15 minutos y luego retira. Solo tendrás que secar bien para que no vuelvan las marcas y así la cal desaparece sin dañar la superficie", explica en el vídeo.

La cal se adhiere con facilidad a las superficies oscuras y, si no se limpia a tiempo, puede dejar manchas difíciles de eliminar. Por eso, recurrir a productos naturales como el vinagre blanco es una alternativa muy eficaz frente a los limpiadores químicos habituales. Además de ser económico, no daña los acabados y puede aplicarse de manera frecuente sin riesgo.

Cuando se trata de grifería cromada o de mamparas, la estrategia cambia. Lipperheide recomienda preparar una mezcla casera con cuatro cucharadas de bicarbonato, tres de jabón de platos y dos de pasta de dientes. Esta combinación permite frotar sin riesgo y eliminar las incrustaciones más resistentes. "Es un horror, la cal daña grifos, cristales, alarga la suciedad. Así que haz esta mezcla… aclara con agua caliente y ya la tendrás lista", señala.

Otra zona donde la cal suele acumularse es en la cristalería. Los vasos pueden perder transparencia y presentar un aspecto opaco con el paso del tiempo. Para recuperarlos, Lipperheide aconseja sumergirlos durante 30 minutos en agua muy caliente con dos cucharadas de sal gorda y dos de bicarbonato. Después, basta lavarlos con un poco de jabón de platos para que vuelvan a lucir como nuevos.

Más allá de los trucos puntuales, la especialista recuerda la importancia de secar bien después de limpiar. Es un paso sencillo que evita la aparición de nuevas marcas y ayuda a mantener los acabados impecables durante más tiempo. Incorporar este hábito a la rutina diaria es clave para que el esfuerzo de la limpieza sea mucho más duradero.