ChoGenya, experto en Mindfulness: "Cuanto más miedo tienes a que el otro te deje, más haces las cosas para empujarlo a que se vaya"

• Elizabeth Clapés, psicóloga: "Es evidente que cuando llevas muchos años con alguien vas a acabar enfadándote por muchas cosas"

• Los problemas más frecuentes en terapia de parejas

El miedo al abandono es una de las emociones más potentes y, a la vez, más difíciles de gestionar dentro de una relación. ChoGenya, especialista en mindfulness y crecimiento personal, ha reflexionado sobre cómo ese temor acaba empujando a muchas personas a actuar en contra de sus propios deseos.

Según explica, detrás de los celos, los conflictos creados de la nada o las pruebas constantes de amor no está el comportamiento de la pareja, sino una herida interior. La raíz del problema no es lo que hace el otro, sino la dificultad para creer que uno mismo merece un amor sereno y estable.

Esa inseguridad, señala, genera un bucle en el que ninguna muestra de cariño resulta suficiente. No se buscan respuestas, se busca confirmar la creencia de que no se es suficiente. De ahí que, por más gestos o palabras de afecto que reciba la persona insegura, la ansiedad vuelva una y otra vez.

ChoGenya describe esta dinámica como un huracán emocional en el que se espera que la pareja reaccione con calma y reafirme su amor en medio del caos. Sin embargo, cuando la validación depende siempre del exterior, el alivio es momentáneo y el problema de fondo sigue intacto.

La ansiedad, explica, puede aparecer incluso ante la posibilidad de que algo vaya bien. El miedo lleva a muchas personas a preferir la certeza del dolor conocido antes que abrirse a la esperanza de una experiencia positiva. Ese mecanismo mental convierte la posibilidad de un futuro mejor en una amenaza, porque resulta más cómodo anticipar lo negativo que confiar en lo desconocido.

Para romper ese ciclo, ChoGenya explica que la clave está en dejar de buscar pruebas de amor fuera y aprender a atravesar la tormenta emocional hasta encontrar un punto de calma interior. Es en ese momento cuando resulta posible hacerse preguntas esenciales sobre el propio bienestar, en lugar de centrar la atención únicamente en el otro.