Tres razones por las que el color rojo no puede faltar en tu hogar, según el Feng Shui

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El Feng Shui, la antigua filosofía china que busca armonizar los espacios a través de la energía, concede un papel protagonista al color rojo dentro del hogar. No se trata solo de un tono llamativo o decorativo: según los expertos, esta tonalidad encierra significados profundos que pueden influir en la vitalidad y el bienestar de quienes habitan una casa. La cuenta especializada Feng Shui Mundo ha compartido tres motivos por los que conviene abrirle la puerta al rojo en la decoración.

La primera razón está vinculada con la tradición cultural de China. Este color se asocia con la prosperidad y la buena fortuna, y se identifica con el elemento Fuego. Simboliza entusiasmo, noticias positivas y celebraciones felices. No es casualidad que durante el Año Nuevo chino las familias decoren sus hogares con adornos rojos o que las novias vistan de ese color el día de su boda para atraer suerte en su vida en pareja.

El segundo motivo tiene que ver con el equilibrio emocional. Dentro del ciclo de los cinco elementos del Feng Shui, el Fuego tiene la capacidad de moderar la energía de la Madera, relacionada con emociones como la ira o la competitividad. Por ello, introducir detalles rojos en ambientes donde se perciben tensiones, discusiones o malentendidos puede ayudar a suavizar la atmósfera y a generar un entorno más armónico.

La tercera razón apunta directamente a quienes disfrutan rodearse de plantas. Aunque la naturaleza verde aporta frescura y vitalidad, un exceso de este elemento puede descompensar la energía del espacio. Para contrarrestar ese desequilibrio, añadir un toque rojo en objetos decorativos permite balancear la fuerza de la Madera y mantener la armonía visual y energética.

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C. Acuña

Ahora bien, los especialistas advierten que no es necesario recurrir a paredes enteras pintadas de rojo para aprovechar sus beneficios. Lo más recomendable es incorporarlo en pequeños detalles: cojines, lámparas, velas, portarretratos o adornos que funcionen como acentos, del mismo modo que en la naturaleza el rojo suele manifestarse en flores o frutos antes que en extensas superficies.