El gran secreto japonés para no sufrir las consecuencias de la menopausia

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La menopausia es un proceso natural en la vida de todas las mujeres, pero no siempre se vive de la misma manera en todo el mundo. Mientras en muchos países los sofocos, los cambios de humor y las alteraciones del sueño son casi inevitables, en Japón la experiencia suele ser mucho más llevadera. La diferencia, según especialistas, no radica en la genética, sino en un hábito alimenticio muy arraigado en la cultura nipona.

La experta en menopausia, Lurdes Álvarez, explica que las japonesas consumen a diario ciertos alimentos ricos en compuestos vegetales llamados isoflavonas, que imitan parcialmente la acción de los estrógenos. Durante la menopausia, la producción de estas hormonas disminuye de forma notable, y de ahí se originan muchos de los síntomas típicos: sofocos repentinos, sudoraciones, irritabilidad o incluso dificultades de concentración.

Lo interesante es que estas sustancias presentes en la dieta oriental se “acoplan” a los receptores de estrógenos en el organismo, suavizando el impacto del descenso hormonal. Por eso, en Japón es menos común que las mujeres reporten un malestar intenso en esta etapa vital. Las isoflavonas se encuentran de manera natural en alimentos derivados de la soja, como el tofu, la leche de soja o el tempeh, productos que forman parte del día a día en la mesa japonesa.

Además, el consumo regular de estos ingredientes no solo contribuye al bienestar en la menopausia, sino que también se ha relacionado con beneficios cardiovasculares y óseos. En países como España o gran parte de Occidente, estos productos aún no ocupan un lugar central en la dieta habitual, lo que podría explicar por qué los síntomas se manifiestan con mayor intensidad.

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No obstante, cada vez hay más opciones disponibles: desde bebidas vegetales hasta suplementos de isoflavonas que se comercializan en farmacias y herbolarios. Adoptar pequeños cambios en la alimentación, como incluir de forma constante este tipo de productos, puede ser un apoyo valioso para transitar con más calma por la menopausia.