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Silvia Severino, psicóloga: "Según la psicología, lo más duro de una persona que sobrepiensa es que son extremadamente sensibles a los pequeños cambios emocionales"
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Silvia Severino, psicóloga: "Según la psicología, lo más duro de una persona que sobrepiensa es que son extremadamente sensibles a los pequeños cambios emocionales"

Detrás de esa forma de pensar hay una gran sensibilidad emocional y un profundo temor a ser malinterpretado o rechazado estando pendientes de los detalles más mínimos

Foto: La psicóloga Silvia Severino. (Foto: Tiktok: @ silviaseverinopsico)
La psicóloga Silvia Severino. (Foto: Tiktok: @ silviaseverinopsico)

Pensar demasiado puede convertirse en una forma silenciosa de agotamiento emocional. Bajo esta idea, la psicóloga Silvia Severino ha querido explicar por qué las personas que sobrepiensan no lo hacen por dramatismo, sino por una sensibilidad especial hacia su entorno. Su análisis, ampliamente compartido en redes, describe cómo esta forma de procesar la realidad convierte los pequeños gestos y variaciones del ánimo en señales que el cerebro interpreta con una intensidad desmedida.

Severino explica que quienes sobrepiensan perciben con gran intensidad los gestos, los silencios y los cambios de tono de los demás. Una simple mirada o una pausa en la conversación puede generarles dudas o ansiedad. Este patrón, conocido en psicología como sensibilidad al rechazo, se relaciona con el miedo a ser ignorado o malinterpretado, y a menudo se origina en experiencias previas de inseguridad afectiva.

Entre los comportamientos más comunes, la psicóloga menciona la dependencia emocional que puede surgir cuando estas personas se vinculan con alguien, ya que su equilibrio interior depende de cómo esa persona actúe o se exprese. También destaca su atención constante a los pequeños detalles, una vigilancia emocional que busca señales de aceptación o desaprobación en cada interacción.

Otro rasgo característico es la tendencia a repetir conversaciones o situaciones pasadas en la mente. Quienes sobrepiensan tratan de analizar cada palabra o gesto para entender si existió un cambio en la relación o en la actitud del otro. Severino aclara que este comportamiento no se debe a dramatismo, sino a un mecanismo de defensa del cerebro que intenta anticipar el rechazo para protegerse del dolor.

placeholder Este tipo de comportamientos pueden llevar a la dependencia emocional. (Pexels)
Este tipo de comportamientos pueden llevar a la dependencia emocional. (Pexels)

La psicóloga subraya que este modo de pensar no es una elección consciente. En muchos casos, responde a una forma de adaptación desarrollada en contextos donde las emociones eran inciertas o poco predecibles. Ante esa falta de estabilidad, la mente aprende a buscar señales que confirmen que todo sigue en orden, aunque esa búsqueda acabe generando más preocupación.

Silvia Severino anima a comprender esta sensibilidad como una cualidad y no como un defecto. Recuerda que quienes sobrepiensan no pretenden complicar sus vínculos, sino encontrar seguridad emocional. Su manera de sentir el mundo, aunque intensa, puede convertirse en una fortaleza si se acompaña de autoconocimiento y cuidado emocional.

Pensar demasiado puede convertirse en una forma silenciosa de agotamiento emocional. Bajo esta idea, la psicóloga Silvia Severino ha querido explicar por qué las personas que sobrepiensan no lo hacen por dramatismo, sino por una sensibilidad especial hacia su entorno. Su análisis, ampliamente compartido en redes, describe cómo esta forma de procesar la realidad convierte los pequeños gestos y variaciones del ánimo en señales que el cerebro interpreta con una intensidad desmedida.

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