Es noticia
Menú
Vicent Botella, físico: "Pasamos muchos más minutos preocupados por decisiones futuras que arrepentidos por decisiones pasadas"
  1. Vida saludable /
vivir en el presente

Vicent Botella, físico: "Pasamos muchos más minutos preocupados por decisiones futuras que arrepentidos por decisiones pasadas"

Dedicamos más tiempo a preocuparnos por lo que podría salir mal que a lamentar lo que ya ha pasado, una paradoja que invita a repensar nuestra relación con el arrepentimiento

Foto: Vicent Botella explica cómo pensar en el futuro sólo genera ansiedad (Aprendemos Juntos BBVA)
Vicent Botella explica cómo pensar en el futuro sólo genera ansiedad (Aprendemos Juntos BBVA)

El miedo a equivocarse condiciona nuestras decisiones y, paradójicamente, ese temor suele ser mucho más intenso que el propio sentimiento de remordimiento cuando las cosas no salen como esperábamos. “Le tenemos mucho miedo al remordimiento”, afirmó Vicent Botella, físico, destacando que muchas veces lo que nos paraliza no es el error en sí, sino la anticipación de cómo nos sentiremos si nos equivocamos.

Botella explicó que esta preocupación anticipada actúa como una trampa mental que nos mantiene en un estado constante de duda. Según sus palabras, pasamos gran parte del día preguntándonos “¿qué pasará si me equivoco?” o “¿cómo me sentiré si las cosas van mal?”, lo que nos lleva a vivir más pendientes del futuro que del presente. “Pasamos muchos más minutos preocupados por decisiones futuras que arrepentidos por decisiones pasadas”, señaló, subrayando la paradoja de que tememos un sentimiento que, en realidad, apenas ocupa tiempo en nuestra vida diaria.

El físico sugiere que esta tendencia a anticipar el remordimiento tiene un fuerte componente psicológico ya que buscamos protegernos del dolor emocional antes de que ocurra. Sin embargo, esa estrategia es ineficaz, ya que el arrepentimiento suele ser breve y menos devastador de lo que imaginamos. “Estamos preocupados por el posible remordimiento que sentiremos si fallamos”, explicó, “sabiendo que apenas dedicamos tiempo a lamentar los errores del pasado”. Esa contradicción, según Botella, refleja lo poco realista que puede llegar a ser nuestro diálogo interno cuando el miedo toma las riendas de nuestras decisiones.

Aun así, Botella defiende que tiene un papel funcional dentro de nuestro aprendizaje emocional. “Está bien que haya un marcador emocional que te diga que no lo vuelvas a hacer”, señaló, refiriéndose a esas pequeñas culpas que nos ayudan a ajustar nuestro comportamiento en el futuro. En contextos cotidianos, como una discusión con la pareja o un mal gesto hacia un hijo, sentir remordimiento puede ser una forma de reconocer los límites y reparar los vínculos.

placeholder (Nathan Cowley/Pexels)
(Nathan Cowley/Pexels)

El arrepentimiento no debería entenderse como un castigo, sino como una guía. Esa emoción, aunque incómoda, tiene la utilidad de recordrnos que somos capaces de aprender, de rectificar y de actuar con más consciencia la próxima vez.

Si dedicamos menos tiempo a temer el arrepentimiento y más a aceptar que equivocarse forma parte del proceso, nuestras decisiones serían más libres y menos condicionadas por el miedo. Dejar de sobrepensar el futuro y aceptar que errar es inevitable puede ser, según Botella, una de las claves para vivir con más serenidad.

El miedo a equivocarse condiciona nuestras decisiones y, paradójicamente, ese temor suele ser mucho más intenso que el propio sentimiento de remordimiento cuando las cosas no salen como esperábamos. “Le tenemos mucho miedo al remordimiento”, afirmó Vicent Botella, físico, destacando que muchas veces lo que nos paraliza no es el error en sí, sino la anticipación de cómo nos sentiremos si nos equivocamos.

Vida saludable Bienestar Psicología
El redactor recomienda