La envidia y la admiración son dos emociones que marcan caminos opuestos en nuestras relaciones y en nuestro desarrollo personal. Mientras la primera encierra en la comparación y el resentimiento, la segunda impulsa a crecer y a aprender de los demás.
El escritor y conferenciante Álex Rovira lo explica de manera contundente en un reciente vídeo compartido en sus redes sociales. “¿Sabes cuál es la diferencia entre alguien que te envidia y alguien que te admira? Quien envidia opina. Quien admira pregunta. Esa es la diferencia", aclara al principio del vídeo.
Según Rovira, la envidia nace del niño interior frustrado que no aprendió a celebrar los dones ajenos y que interpreta los talentos de los demás como una amenaza. Esa actitud conduce a un círculo vicioso de crítica y opinión que no suma, que desgasta y que, en última instancia, destruye por dentro.
La admiración, en cambio, es una fuerza transformadora. El experto recuerda que “la admiración es una forma de amor” y añade que, cuando en una relación de pareja se pierde esa capacidad de admirar, “muchas veces se cae el amor”. Admirar significa reconocer la luz en el otro y permitir que ilumine también el propio camino.
El experto explica las diferencias entre admiración y envidia. (Freepik / ArthurHidden)
Por eso, Rovira invita a hacerse una reflexión sincera: “Cuestiónate si estás en un proceso de envidia o de admiración, porque la admiración te elevará constantemente, mientras que la envidia te llevará a la dinámica del odio que nace del deseo frustrado.”
Para él, la diferencia es clara. La admiración eleva, inspira y fortalece, porque conecta con la grandeza del otro y también con la propia. La envidia, en cambio, encierra en dinámicas de pequeñez que jamás construyen. Admirar, concluye Rovira, es un acto de amor que, cuando se cultiva, transforma nuestra manera de relacionarnos y nos ayuda a crecer como seres humanos.
La envidia y la admiración son dos emociones que marcan caminos opuestos en nuestras relaciones y en nuestro desarrollo personal. Mientras la primera encierra en la comparación y el resentimiento, la segunda impulsa a crecer y a aprender de los demás.