El cuerpo humano posee un gran potencial para autorregularse, aunque a menudo se ve limitado por el estrés, la falta de descanso y el ritmo acelerado del día a día. La doctora Carolina Esteves sostiene que “el antiinflamatorio más poderoso no se toma, se hace”, una idea que busca cambiar la forma en que entendemos el cuidado de la salud.
Esteves explica que la inflamación no se combate únicamente con fármacos o alimentos concretos, sino a través de hábitos que ayudan al organismo a mantener su equilibrio. Dormir bien, hidratarse, moverse con regularidad y cuidar la mente son gestos que, combinados, reducen la inflamación y fortalecen el sistema inmunitario.
En la menopausia desaparecen las molestias menstruales durante el ejercicio físico. (Freepik)
El movimiento diario es uno de los pilares de su propuesta. No se trata de entrenamientos intensos, sino de mantener la actividad corporal para activar la circulación y el sistema linfático, responsable de eliminar toxinas. Caminar, estirarse o practicar respiración profunda son acciones que contribuyen a este proceso natural del cuerpo.
También resalta la importancia de gestionar el estrés, al que describe como una forma de inflamación silenciosa. Cuando se mantiene durante largos periodos, el organismo produce más cortisol y se dificulta la reparación celular. Practicar meditación, respiración consciente o escritura terapéutica puede ayudar a reducir ese impacto.
El agotamiento es, en suma, cuando el estrés se vuelve crónico y tiene un efecto perjudicial en otras áreas de la vida (Pexels).
El descanso de calidad ocupa otro lugar fundamental en su enfoque. Dormir no siempre equivale a descansar, y el sueño profundo es el que permite al cuerpo desinflamarse y regular las hormonas. Por ello, recomienda establecer rutinas nocturnas que preparen cuerpo y mente para un verdadero descanso.
Por último, la doctora subraya el valor del equilibrio emocional. Las emociones reprimidas o no gestionadas terminan afectando al cuerpo en forma de tensión y malestar. Aprender a reconocer lo que se siente y expresarlo con claridad tiene un efecto directo sobre la salud física.
Poder descansar bien es fundamental para nuestra salud. (Pexels)
Ningún tratamiento ni dieta resulta eficaz si el cuerpo vive constantemente en alerta o agotamiento. La verdadera base de un estilo de vida antiinflamatorio está en los hábitos cotidianos y en la forma en que cada persona se cuida a sí misma.
El cuerpo humano posee un gran potencial para autorregularse, aunque a menudo se ve limitado por el estrés, la falta de descanso y el ritmo acelerado del día a día. La doctora Carolina Esteves sostiene que “el antiinflamatorio más poderoso no se toma, se hace”, una idea que busca cambiar la forma en que entendemos el cuidado de la salud.