Estos son los hábitos que puedes incorporar en tu rutina si quieres llegar a los 100 años, según la ciencia

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El reciente fallecimiento de María Branyas, la española que ostentó el título de la persona más longeva del mundo con 117 años, ha vuelto a despertar una pregunta universal: ¿existe un secreto para vivir tanto tiempo? Aunque los supercentenarios suelen ser casos excepcionales, la ciencia sí ha identificado ciertos hábitos que pueden aumentar nuestras probabilidades de disfrutar de una vida larga y saludable.

El medio especializado The Conversation recopiló algunas de las claves más respaldadas por la investigación. Uno de los factores más determinantes es mantenerse físicamente activo. No se trata de correr maratones, sino de incorporar movimiento en el día a día. Un estudio citado por el medio señala que caminar a paso ligero unos 75 minutos a la semana puede añadir hasta dos años de vida.

El sedentarismo, en cambio, se asocia con un mayor riesgo de muerte prematura. Así que levantarse cada media hora del escritorio, optar por subir escaleras o viajar de pie en el transporte público puede marcar la diferencia. La alimentación también juega un papel decisivo. Las personas que alcanzan edades avanzadas con buena salud suelen basar su dieta en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos, mientras limitan el consumo de carnes procesadas, frituras o azúcares añadidos.

Este tipo de alimentación, además de favorecer la longevidad, ayuda a mantener un peso saludable y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, el descanso es otro de los pilares. Dormir entre siete y nueve horas cada noche y mantener horarios regulares puede tener un impacto directo en la esperanza de vida. De hecho, un estudio con más de 500.000 británicos encontró que los patrones de sueño irregulares se relacionan con un 50% más de riesgo de muerte prematura.

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C. Acuña

Por último, aprender a gestionar el estrés parece ser tan importante como hacer ejercicio o comer bien. El estrés crónico, especialmente el vivido desde edades tempranas, puede dejar huellas a nivel celular que afectan la salud en la vejez. En cambio, quienes logran mantener una vida tranquila y practican técnicas como el yoga o la meditación muestran menor probabilidad de enfermar.

De cualquier modo, los expertos recuerdan que la genética también influye. Entre un 20 y un 40% de la longevidad está determinada por nuestros genes. El resto depende de cómo elegimos vivir cada día.