Silvia Severino, psicóloga: "Esta es la razón por la cual las personas más amables suelen ser las más solitarias"
Se trata de saber poner límites, reservar energía y evitar que se vuelva contra quien la practica
- Jonathan Benito, neurocientífico: "La amabilidad es un camino real hacia la felicidad. No pasa nada que no hayamos nacido con ese don"
- Elizabeth Clapés, psicóloga: "No tienes que ser amable con todo el mundo, tienes que ser respetuoso con todo el mundo. Tienes derecho a que alguien no te caiga bien"
Decían los abuelos que “ser buena persona abre todas las puertas” y, en gran medida, sigue siendo cierto. Aunque, cuando la entrega es constante y la reciprocidad escasea, el desgaste aparece.
Según Silvia Severino, psicóloga, la amabilidad profunda suele ir acompañada de alta sensibilidad. En sus palabras, "las personas más buenas son las que más sienten"; son quienes tienden a “preocuparse demasiado, amar demasiado y dar sin medida”. El problema no es sentir, sino lo que ocurre cuando el entorno interpreta ese rasgo como debilidad.
Tras encadenar decepciones, llega el cansancio emocional y, con él, llega el quedarse en casa, viajar a solas, buscar el silencio. No se trata de volverse huraño, sino de ajustar el foco. Como resume, "no cambiaron, solo aprendieron".
El entorno a veces se extraña y pregunta “¿has cambiado?”, cuando lo que ha cambiado es la gestión de la energía. Severino, explica que "puedes entregar tu corazón entero, pero si la otra persona solo tiene las manos vacías, lo único que hace es tomar". Es decir, si la relación es unidireccional, la amabilidad se quema y la soledad actúa como barrera de protección.
Consejos para seguir siendo amable
Para mantener la amabilidad sin agotarte, conviene decidir de antemano cuáles son tus “sí” y tus “no”: hasta dónde llegas, durante cuánto tiempo y en qué condiciones. Evitar el “sí” automático ayuda a cuidar tu energía. También es útil observar la reciprocidad; si la balanza se inclina siempre hacia el mismo lado, pide apoyo o ajusta el reparto de responsabilidades.
Reserva descanso emocional como parte del mantenimiento básico, no como un capricho. Comunica con claridad y sin reproches para aprender a poner límites y expresar necesidades también es una forma de cuidar la relación. Y protege tu entorno para rodearte de personas que valoren, y no expriman, tu manera de estar; la amabilidad prospera allí donde hay respeto.
- Jonathan Benito, neurocientífico: "La amabilidad es un camino real hacia la felicidad. No pasa nada que no hayamos nacido con ese don"
- Elizabeth Clapés, psicóloga: "No tienes que ser amable con todo el mundo, tienes que ser respetuoso con todo el mundo. Tienes derecho a que alguien no te caiga bien"
Decían los abuelos que “ser buena persona abre todas las puertas” y, en gran medida, sigue siendo cierto. Aunque, cuando la entrega es constante y la reciprocidad escasea, el desgaste aparece.