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Alan Peiró, adiestrador canino: “Para saludar a un perro, de entrada siempre con la mano hacia abajo y por debajo del hocico”
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Alan Peiró, adiestrador canino: “Para saludar a un perro, de entrada siempre con la mano hacia abajo y por debajo del hocico”

Acariciar no es un acto automático, sino un proceso que debe hacerse con cuidado y empatía

Foto: Los perros necesitan límites. (Instagram/ @adiestramiento_n.humedas)
Los perros necesitan límites. (Instagram/ @adiestramiento_n.humedas)

Acariciar a un perro puede parecer un gesto inocente, pero no siempre lo es. Especialmente si se trata de un animal desconocido o que muestra signos de incomodidad, el contacto puede interpretarse como una amenaza y derivar en una reacción defensiva, como un mordisco.

Por eso, los expertos insisten en que es fundamental aprender a acercarse correctamente a los perros para evitar situaciones de riesgo y, al mismo tiempo, garantizar que la interacción sea positiva tanto para la persona como para el animal.

Alan Peiró, adiestrador canino, ha compartido recientemente un consejo que se ha viralizado en redes sociales. En una entrevista, explicó cuál es la mejor forma de presentarse ante un perro que no conocemos: “Para saludar a un perro, de entrada, mejor con la palma de la mano hacia abajo y siempre por debajo del hocico”. Con este gesto, el animal puede olfatear con tranquilidad y decidir si quiere aceptar el contacto.

Una vez superada esa primera fase, Peiró recomienda acariciar al perro en zonas seguras como el cuello. Incluso, si está tranquilo y relajado, podemos acariciarle la cara o la oreja, añade el adiestrador, conocido por sus consejos prácticos dirigidos a dueños de mascotas. El objetivo es transmitir calma y respeto, evitando movimientos bruscos o invasivos que puedan generar estrés.

placeholder Perro disfrutando de unas caricias (Maksim Goncharenok para Pexels)
Perro disfrutando de unas caricias (Maksim Goncharenok para Pexels)

El vídeo en el que Peiró explica este truco acumula ya miles de comentarios. Muchos usuarios han compartido experiencias similares o han descubierto el trasfondo de un gesto que, en algunos casos, realizaban sin saber su verdadero significado.

Más allá de las distintas interpretaciones, el consejo de Peiró pone sobre la mesa una idea central: respetar el espacio del perro y observar su lenguaje corporal son pasos imprescindibles para establecer una relación de confianza. Acariciar no es un acto automático, sino un proceso que debe hacerse con cuidado y empatía, recordando que cada animal tiene su propio umbral de confianza y tolerancia.

Acariciar a un perro puede parecer un gesto inocente, pero no siempre lo es. Especialmente si se trata de un animal desconocido o que muestra signos de incomodidad, el contacto puede interpretarse como una amenaza y derivar en una reacción defensiva, como un mordisco.

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