El poto, también conocido como Epipremnum aureum, es una de las plantas de interior más populares por su resistencia, su belleza y su facilidad de cuidado. Sin embargo, aunque es una especie capaz de sobrevivir casi en cualquier rincón, su ubicación dentro del hogar puede marcar la diferencia entre un crecimiento lento y hojas apagadas o una planta vigorosa, con hojas grandes, brillantes y de un verde intenso.
Según los expertos en jardinería, el secreto para que el poto crezca rápido y saludable está en encontrar el equilibrio perfecto entre luz, temperatura y humedad. Aunque puede adaptarse a espacios con poca iluminación, el poto se desarrolla mucho mejor cuando recibe luz natural indirecta y abundante. Colocarlo cerca de una ventana orientada al este o al norte es ideal: recibe claridad durante todo el día sin la exposición directa del sol, que podría quemar sus hojas.
Así debes colocar esta planta. (Pexels/ RDNE Stock project)
Por el contrario, ubicarlo en zonas muy oscuras hará que sus hojas se vuelvan más pequeñas y pierdan su característico tono verde intenso. También tenderá a alargar sus tallos en busca de luz, lo que se traduce en un crecimiento más débil y desordenado.
Otro factor clave es la temperatura. El poto es una planta tropical, por lo que agradece los ambientes templados y estables. Las temperaturas ideales se sitúan entre 18 y 25 ºC, evitando las corrientes de aire frío o el calor directo de radiadores y aparatos de calefacción, que resecan el ambiente y dañan sus hojas.
La planta no debe estar cerca de zonas de calor. (Pexels/ Pavel Danilyuk)
La humedad ambiental también juega un papel importante. Aunque tolera bien la sequedad, el poto crece más rápido y con hojas más lustrosas si se encuentra en un ambiente húmedo. Una buena idea es situarlo en el baño —si tiene luz natural— o pulverizar sus hojas de vez en cuando con agua sin cal. Esto imita su hábitat natural y ayuda a mantener el follaje limpio y brillante.
Además, colocar la maceta sobre una bandeja con guijarros y un poco de agua (sin que las raíces estén en contacto directo con el líquido) puede ayudar a mantener una humedad constante alrededor de la planta. Por último, es recomendable rotar el poto cada dos o tres semanas para que todas las hojas reciban la misma cantidad de luz. De esta forma, crecerá de manera uniforme y sus tallos no se inclinarán hacia un solo lado.
El poto, también conocido como Epipremnum aureum, es una de las plantas de interior más populares por su resistencia, su belleza y su facilidad de cuidado. Sin embargo, aunque es una especie capaz de sobrevivir casi en cualquier rincón, su ubicación dentro del hogar puede marcar la diferencia entre un crecimiento lento y hojas apagadas o una planta vigorosa, con hojas grandes, brillantes y de un verde intenso.