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Galería de los horrores: los 10 'ahivalahostia' de las bodas de la familia Carrasco Mohedano

En vilo andamos pendientes del estilismo que lucirá Rocío Carrasco en su segunda boda. Se sabe que la vestirá Hannibal Laguna y se da por descontado que

Muchas cosas eran de mentira en aquella boda, celebrada el 31 de marzo de 1996 en la capilla de la finca Yerbabuena. Era de mentira el pelo de la novia: Ruphert (sí, Ruphert) le confeccionó un descomunal postizo -cuentan que con dos kilos de cabello traído de Perú- adornado con perlas neoyorquinas (sí, de NYC). Eran de mentira las uñas, una primera versión de las de gel que hoy te hace cualquier franquicia china en cualquier esquina. Eran de mentira los ojos azules: en aquellos años, Rociito era adicta a las lentillas de este color. ¿Había algo verdadero? El vestido, un diseño de Antonio Ardón abarrotado de despropósitos, sí era verdad. 

En aquellos años, Antonio Ardón era uno de los diseñadores fetiche de la familia. Para este modelo trabajó contrarreloj -la novia estaba embarazada y se montó la boda a todo correr- y el resultado fue algo así como 'me lo pongo todo': velo, sobrefalda, torera, encajes... Apenas tenía 19 años. Quién lo diría.

Junto a los novios, Rocío la Grande. Si su intención era pasar inadvertida, no lo logró. Atentos al conjunto frambuesa, firmado por Victorio&Lucchino, con el que se apoderó de los 'flashes'. Los guantes, en mostaza. 

Un año antes, en esa misma capilla se habían casado Rocío Jurado y Ortega Cano. La gran incógnita de la boda era qué vestido llevaría la tonadillera, pero ni ella misma lo sabía: había encargado a Carlos Arturo Zapata que le diseñara cuatro trajes. Y elegiría entre ellos en el último suspiro. El premio gordo se lo llevó este modelo en seda salvaje (lo más de lo más en la época) con chantilly y organza. Visto lo visto, nos quedamos con ganas de saber cómo serían los demás... 

Llama poderosamente la atención el recogido goyesco, esa red en la que parecía haberse metido un morcón. Por cierto, el que se ve al fondo, con actitud palmera, es Amador.

Aquí los vemos mejor. El escote barca -dadas las hechuras de la cantante- no parece la elección más favorecedora. Tampoco la cinta de raso en forma de gargantilla, que hace que fijemos la mirada en un cuello poco estilizado. A su lado, Ortega Cano se ve un figurín; su tinte de entonces parece el mismo que el de hoy. 

Era la dama de honor. Juzguen ustedes, nosotros nos hemos quedado sin aliento al recordar esta imagen. Por cierto, así de cortito llevaba el pelo Rociito; tan solo un mes después, y gracias al postizo de Ruphert, luciría rastas y perlas.

Somos muy fan y queremos compartir el segundo modelete. Traje de chaqueta ceñido con falda corta (sí, los 90) y maravilloso sombrero cordobés.

Sí, otro detalle para ver de cerca a los novios (y a sus muñecos) y el corte del traje de Rociito. Nosotros también nos preguntamos por qué. 

Damos un salto. Un doble salto mortal. Y nos plantamos en la boda de Pedro Carrasco y Raquel Mosquera. En ella se intentó rizar el rizo: refinar a aquella peluquera que tan feliz hizo al boxeador. Raquel fue la primera choni de España -inolvidable aquellas trenzas platino y los labios requeteperfilados- y se contrató a un asesor de imagen para que la puliera y diera esplendor. Este fue el resultado. Brillo y raso y pedrería. El diseñador fue un viejo conocido, Antonio Ardón. A la derecha vemos a Rociito luciendo embarazo. 

De esta guisa salió a saludar Chayo Mohedano el día de su boda. El modelo, firmado por Aurora Gaviño, era de inspiración romántica. Más nos recordaba al atuendo de una dama en un torneo de justas que a una novia, la verdad. Para la ceremonia en sí lució otras galas, reservadas para la revista que pagó la exclusiva.

Aquí comenzó todo. En aquella boda, celebrada en 1976, que unió a Rocío y a Pedro. No hay mucho que decir del estilismo: probablemente el más acertado, por su sencillez, de cuantos ha venido usando después. Pedro, con ese traje clásico gris perla, también iba en sintonía con la época. 

 

En vilo andamos pendientes del estilismo que lucirá Rocío Carrasco en su segunda boda. Se sabe que la vestirá Hannibal Laguna y se da por descontado que el diseño elegido será la antítesis del que luciera 20 años atrás, el día en que se casó con Antonio David Flores. El enlace de hoy nos sirve de excusa -y de coartada- para hacer un repaso a los 'looks' elegidos por Rocío Jurado, Rociito, Chayo Mohedano y Raquel Mosquera en las otras bodas de la familia.

Una auténtica galería de los horrores de la que entresacamos los múltiples postizos de Rocío, el recogido goyesco de la Jurado, el vestido medieval de Chayo y el imposible refinamiento de la Mosquera. A disfrutar.

 

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