Roberto Verino, profeta en su tierra tras 25 años

Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero Roberto Verino puede ser la excepción que confirma la regla. Tras 25 años dedicado en cuerpo y alma al mundo de la moda, el hombre que devolvió la dignidad al lino recibe en su provincia natal, Ourense, el homenaje de sus paisanos en forma de exposición antológica.

El Museo Municipal de la ciudad acoge, hasta el 27 de enero, un resumen de su trabajo más destacado, una laboriosa producción que, como indica el comisario de la exposición, Pedro Mansilla, ha convertido su firma en “una etiqueta que los mayores asocian a la calidad del producto y los jóvenes, a un sueño de imagen de moda”.

Cincuenta son las colecciones que este verinense ha creado en el último cuarto de siglo, y cincuenta son los trajes escogidos para resumir su trabajo. Además, una selección de fotografías retratan, año a año, la carrera profesional y evolución de Verino.

Fue en 1982 cuando presentó su primera colección de prêt-à-porter femenino, que rápidamente pasó a formar parte de los catálogos de las prendas más prestigiosas de Madrid y que le valió, en menos de un año, para lograr abrir su primer showroom y una tienda en una de las capitales mundiales de la moda, París.

De este tiempo queda constancia en la exposición a través de las bellas fotografías de Javier Valhonrat, al igual que de la transformación que vivió la empresa en los noventa con el cambio de identidad corporativa o la Aguja de oro para su fundador, el primero de una larga lista de premios que han jalonado su carrera.

En este tiempo, el diseñador también ha lanzado al mercado una línea de ropa joven, una de jeans, relojes, gafas, fragancias para hombre y mujer e incluso azulejos para la marca Saloni. A la diversificación de sus productos está dedicada la última parte de la muestra. Verino, un hombre que ha defendido como nadie el uso del lino, la exquisitez de las formas puras y el gusto por el estilo español enmarcado en las principales corrientes de la moda internacional, ve cómo la exposición itinerante sobre su figura que ya pasó por el madrileño Museo del Traje recala en el lugar donde nació para admiración de sus paisanos. Y eso a cualquiera le llena de orgullo.