La 'bola del tiempo' reinará en Times Square todo el año

 Millones de ojos de todo Estados Unidos se quedan cada 31 de diciembre mirando embelesados cómo una gran bola marca el comienzo del año nuevo. Está en el histórico Times Square de Nueva York, que desde hace más de un siglo celebra la última noche del año con una gran fiesta multitudinaria en la que la bola es la protagonista, y a partir de ahora los turistas que visiten la Gran Manzana en cualquier época del año podrán verla en todo su esplendor.

A partir de este año la bola quedará instalada permanentemente en la plaza y se convertirá en un nuevo objeto de curiosidad para uno de los lugares más visitados por los turistas, que hasta ahora llegaban buscando el espectáculo de los carteles de neón del lugar. Durante el año permanecerá inmóvil en su vértice del mástil, aunque no le faltará la iluminación: en algunas ocasiones señaladas, como la fiesta de la independencia, la de San Valentín o Halloween, cambiará de colores para adaptarse a los eventos.

La idea de una bola que cae como celebración del paso de año no es en absoluto una creación de los neoyorquinos: al igual que muchas otras de sus tradiciones, la idea para Nochevieja llegó de Europa, aunque en EEUU fue replanteada y mejorada. De hecho, la primera ‘bola del tiempo’ fue instalada en 1833 en el observatorio de Greenwich, en el Reino Unido, y su fin no era tan ‘ocioso’ como el de la de Times Square. Gracias a ella los capitanes de los barcos podían ajustar sus cronómetros, ya que sabían perfectamente cuándo era la una de la tarde.

 

El consorcio de la plaza y la empresa Countdown Entertainment, organizadores del Fin de Año en Times Square, dieron a conocer en noviembre de 2008 un nuevo diseño de la bola que superaba todos los límites hasta ahora conocidos: pasaba a tener el doble de su tamaño original y a contar con más de 2.500 cristales y 32.000 puntos de iluminación, en un alarde de espectacularidad para los tiempos de crisis. “La nueva bola de Times Square se convertirá en una joya brillante en la cima de la plaza que entretendrá a los neoyorquinos y a los turistas de todo el mundo no sólo el 31 de diciembre, sino durante todo el año”, aseguró entonces Jeff Straus, del comité organizador. Ya tenemos un motivo más para acercarnos a la ciudad que nunca duerme en cualquier momento...