El valor del viñedo

Bodegas: Julián Chivite.

D.O.: Navarra.

Tipo: Blanco.

Han pasado once generaciones desde que los Chivite comenzaron a trabajar la tierra en Cintruénigo, el pueblo navarro donde reside esta familia desde tiempo inmemorial. De mercaderes locales en 1647 y grandes negociadores de vinos a granel durante el siglo XIX, los Chivite han llegado a convertirse en la primera firma exportadora de Navarra.

El lanzamiento a finales de los ochenta de un tinto gran reserva excepcional –cosecha 1985- supuso el inició de la prestigiosa ‘Colección 125’ y el broche de oro a la ardua labor del patriarca, Julian Chivite Marco.

Para algunos, esta familia ha creado su mapa personal del viñedo navarro. La suma del temple atlántico de los viñedos de Arínzano, cerca de Estella, con el temple mediterráneo de los viñedos de Citruénigo, Corella y Marcilla, conforma el dogma de los Chivite, que actualmente controlan más de 400 hectáreas.

Las diferentes localizaciones de sus viñedos producen uvas con características específicas de cada zona. Desde las cálidas arcillas de los citados Cintruénigo y Corella hasta los cantos rodados de las terrazas altas del Río Aragón, en Marcilla. En cuanto al clima navarro, predomina el continental, y se caracteriza por las grandes oscilaciones de temperaturas.

Los Chivite también han acabado con la frontera del refinamiento sólo reservado a los tintos y blancos. La familia ha conseguido que Navarra sea feudo de los vinos rodados nacionales de prestigio, desterrando el concepto de vino sencillo y marginal. La hegemonía de la variedad garnacha en el viñedo navarro encontró una salida natural en el rosado.

Con un color pajizo con reflejos dorados, el último blanco de la Colección 125 es intenso en nariz, con un excelente equilibrio de frutas maduras, mantequillas y ciertos tonos exóticos que se mezclan con notas minerales. En boca destaca su equilibrio, agradable, sutil y muy elegante. Debe consumirse a una temperatura de 12ºC.

Precio: 45 euros.