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Obregón y Casiraghi, de fiesta 'hippie' en Ibiza
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Obregón y Casiraghi, de fiesta 'hippie' en Ibiza

Cuando el hijo de Carolina de Mónaco llega a Ibiza se transforma. Y no para bien como se podría esperar cuando uno está de vacaciones en

Foto: Obregón y Casiraghi, de fiesta 'hippie' en Ibiza
Obregón y Casiraghi, de fiesta 'hippie' en Ibiza

Cuando el hijo de Carolina de Mónaco llega a Ibiza se transforma. Y no para bien como se podría esperar cuando uno está de vacaciones en un lugar repleto de energía positiva y alegría de vivir, sino todo lo contrario. El aparente bello querubín se convierte en un elemento arisco y perturbador con la mandíbula desencajada por la tensión acumulada. Detrás, trotando, su novia Tatiana, que mira a su alrededor con gesto conciliador de “dejadlo que ya se le pasará”. A veces la calma le llega tras liquidarse varios pitillitos de la risa, como denomina la prensa francesa al tabaco que fuma el primogénito Grimaldi, con lo cual nunca se sabe en que momento del día se origina el cambio de humor. Y si es para bien o para mal.

La noche de la fiesta flower power (ver álbum), que gracias a Carlos Martorell y a su agenda se ha convertido -por ahora- en la megareunión del verano, era el día malo del príncipe de las mareas. Apareció con la novia puesta y de malas pulgas. Atravesó el photocall como una exhalación al grito de “fuck you, fuck you all”. Los muchos invitados que ya estaban alli -Cayetana Guillén, Paz Vega, Angel Nieto, Carla Goyanes…- miraban con cara de no entender a que venía el griterio.

Realmente importó poco la salida de pata de banco del niñato, porque el nivel de invitados era de matricula de honor. Desde el matrimonio Cortina Lapique, pasando por Esteve Rabat (regenta la mejor joyería de Barcelona), Pino Saglioco, Javier Hidalgo, la hija de Cavalli, el hijo de Bryan Ferry, las de Paola Fendi, Cristian Abelló, Alejandra Prat y José Manuel, Paulina y Colate, Gisela Rich (hermana del multimillonario March), Cuqui Fierro, como siempre con las mejores joyas del mundo y las princesas Loreta y Joanna Wittgestein, además de la espectacular Begum Inaara Agka Khan, que por cierto pasó desapercibida.

A diferencia del muchacho real al resto del famoseo los aires energéticos de Ibiza les convierten en personajes similares a los protagonistas de Amo a Laura . Por ejemplo, Ana Obregón apareció encantadora y posando con su mejor sonrisa. La noche hippie no iba vestida con salto de cama sino con un minivestido de arabescos y coronita de flores como las Santalucías nordicas. No paró de bailar en toda la noche con jovenzuelos del tipo borjamari (flequillo tapando la frente, pulseritas multicolores, camisetas marcando abdominales y pectorales….) que la preferían a ella a las de su edad. Es curioso el magnetismo que tiene Ana con el sector veinteañero. Los atrae como si fuera la abeja reina. Esa misma mañana (¿o sería la anterior?) disfrutó de una travesía marina con su amiguitos de siempre y alguno nuevo. Con un bikini plateado bailó en la cubierta del yate desde que salió del puerto hasta que echaron el ancla, sin importarle que desde otras barcas inmortalizaran sus contorsionismos.

El poder de las flores tuvo también su influjo mágico en Borja y Blanca Thyssen. La pareja llegó más tarde porque venía del cumpleaños de una gran amiga. Se les ve felices porque Ibiza es su ambiente y donde se sienten más libres. A diferencia de otras veces que se vuelven mudos hablaron de las mil monerías que hace ya el hijo Sacha, que no les importaría encargar otro bebé… todo muy amor, amor, amor. De la relación con baronesa/mami, ninguna explicación. Esa noche era para pasarlo bien y no enturbiarlo con malos rollos. Por cierto, Carmen Cervera cambio su hoja de ruta y tras participar en varias reuniones profesionales con el ayuntamiento de Málaga se marchó a San Feliú con sus niñas en vez de volver a Ibiza como estaba previsto. Seguramente si hubiera asistido a la convocatoria de Carlos Martorell los desencuentros familiares se habrían evaporado.

Cuando el hijo de Carolina de Mónaco llega a Ibiza se transforma. Y no para bien como se podría esperar cuando uno está de vacaciones en un lugar repleto de energía positiva y alegría de vivir, sino todo lo contrario. El aparente bello querubín se convierte en un elemento arisco y perturbador con la mandíbula desencajada por la tensión acumulada. Detrás, trotando, su novia Tatiana, que mira a su alrededor con gesto conciliador de “dejadlo que ya se le pasará”. A veces la calma le llega tras liquidarse varios pitillitos de la risa, como denomina la prensa francesa al tabaco que fuma el primogénito Grimaldi, con lo cual nunca se sabe en que momento del día se origina el cambio de humor. Y si es para bien o para mal.