La cocina venezolana está cada vez más presente en nuestra ciudad. La descomposición de ese bello país que obliga a sus hijos al exilio, nos regala sus mejores platos. Primero fue un Daniel Scelza, al costado de Opera, las venezolanas Eliza y Johanna de Café Murillo y ahora el renovado Antojos Araguaney, auténtico y puro venezolano, sabroso, colorido y delicioso.

Fernando Rodríguez, junto a su familia, trae lo mejor de sus raíces a Madrid, los sabores más clásicos, otros repletos de fusión y las buenas costumbres que no se deben de perder, como sus buenas carnes a la parrilla.

Antojos Araguaney se llena de azul, pero no de uno cualquiera, sino del azul de isla Margarita. El color azul, los manteles blancos, los dos grandes cuadros y las flores, hacen el espacio más amplio y sobre todo acogedor. Araguaney, se viste como una gran hacienda, en la que solo falta un pedazo del sol tropical de esas latitudes.

La joven chef, Adnaloy Osío, también venezolana, se ha formado junto a Hofmann, Mugaritz, Berasategui,o Caoba. Y, ahora aquí, aporta su granito de arena y un toque moderno a la carta de Antojos Araguaney.