La infanta Sofía, el último eslabón en España del linaje Romanov

“Más de dos y menos de cinco”. Esta era la intención que trasladaba a los medios el príncipe de Asturias, hoy Rey Felipe VI, cuando fue preguntado en 2004, durante el acto oficial de la pedida, por el número de hijos que le gustaría tener en el futuro. Aunque, transcurridos los años y a la vista de la evolución de los acontecimientos, todo parece indicar que finalmente serán menos de cinco, en efecto, aunque no más de dos.

La segunda hija del Rey Felipe y de Doña Letizia nació en la clínica Ruber Internacional de Madrid minutos después de las cuatro y media de la tarde del domingo 29 de abril de 2007. Y aunque ya se había comunicado meses atrás que sería una niña, ese domingo se supo además que se llamaría Sofía, como su abuela y en honor a ella.

Hemos decidido que se llame como tú

Nada más nacer Sofía, Don Felipe pudo hablar con su madre, que regresaba en esos momentos de Moscú, a donde había viajado para asistir al entierro de su amigo Slava Rostropovich. El mensaje fue breve y completo: "Todo ha salido como estaba previsto… Se parece mucho a Leonor… Hemos decidido que se llame como tú". Igualmente, Don Felipe comunicó la grata noticia a su padre y a sus hermanas. Las cámaras de televisión recogieron el momento de su llamada a la infanta Cristina y la conversación posterior de esta con su esposo. Ambos se encontraban presenciando la final del torneo Conde de Godó entre Rafa Nadal y Guillermo Cañas (Nadal se anotó su tercera victoria consecutiva).

Esa jornada, en la que el Real Madrid goleó al Ath. de Bilbao a domicilio y el Barcelona ganó por la mínima al Levante en casa, fue un día en el que regresó la alegría al complejo de la Zarzuela, después de unas semanas de dolor y angustia por la abrupta desaparición de Érika Ortiz Rocasolano (7 de febrero), la hermana pequeña de la entonces princesa Letizia.

Sofía: sabiduría

El nombre de Sofía -de origen griego-, que significa sabiduría, aparece con cierta frecuencia en las familias de las casas reales europeas. En bastantes ocasiones, acompañado de un segundo nombre, Dorotea, también de origen griego, que significa regalo de los dioses. La Reina Sofía decidió en su momento eliminar los terceros, cuartos, quintos… nombres y sustituirlos por el de 'Y de Todos los Santos', decisión que han mantenido Don Felipe y Doña Letizia. Por ello, tanto la princesa Leonor como la infanta Sofía tienen un único segundo nombre: Y de Todos los Santos.

Pero, además, el nombre de Sofía está muy unido a la casa de Oldemburgo que fundara Cristian I de Dinamarca (1448), cuyos descendientes se expandieron por la mayor parte de las monarquías europeas —entre ellas, con la Casa Imperial de Rusia Romanov y la Casa Windsor— y fundaron otras dinastías nuevas, como la de Grecia (Glüscksburg).

La infanta Sofía pudo haberse llamado Olga

De hecho, la Reina Sofía de Grecia nació con el nombre de Sofía Margarita Victoria Federica de Schleswig Holstein Sodenburg Glüscksburg, con sangre germana, sajona, danesa y rusa, porque su bisabuela fue Olga Constantinova Romanova (1851-1926), hija del gran duque de Rusia Constantino Nikolayevich y nieta del zar Nicolás I de Rusia. Olga Constantinova, que se casó cuando tenía 16 años con el rey Jorge I de Grecia, jugaba con sus muñecas y sufrió mucho al establecerse en la corte griega, pero pronto tomó la iniciativa y se ocupó de desplegar una importante labor social.

Reinó junto a Jorge I durante 45 años y fue muy querida en Grecia. Tras el asesinato de su esposo (1913) regresó a Rusia, donde fue testigo de la caída de la monarquía y de la trágica muerte de buena parte de su familia a manos de los bolcheviques. Ella escapó, no sin dificultades, con pasaporte danés y bajo el nombre de Olga de los Helenos.

Su memoria estaba tan presente en la familia real griega que cuando nació la primera hija de los príncipes Pablo y Federica, todo estaba dispuesto para bautizarla con el nombre de Olga. Sin embargo, en Atenas se produjo una fuerte reacción popular pidiendo que la niña fuera bautizada con el nombre de su abuela (Sofía de Prusia, esposa de Constantino I), de acuerdo con la tradición griega. Y fue bautizada con ese nombre la que años después se convirtiera en reina de España, Sofía de Grecia y Dinamarca. De no ser por las demandas populares, la Reina de España se hubiera llamado Olga. Y cabe suponer que la segunda hija del Rey Felipe VI también.

El nombre de Sofía en la casa Romanov

Entre los Romanov han destacado algunas mujeres que llevaban el nombre de Sofía. La primera, Sofía Alekseyevna Romanova (1657-1704), hija del segundo zar de la dinastía (Alexis I) y hermana de los zares Teorodo III, Iván V y Pedro I el Grande. Fue regente de Rusia (1682-1689) y llegó a disputar el poder a sus hermanos, aunque sin éxito. Tras ser derrotada fue recluida en un convento y después de ver las cabezas cortadas de sus más próximos colaboradores, tomó los hábitos. Murió seis años después.

Más tarde fue coronada emperatriz Catalina II la Grande (1762-1796), viuda de Pedro III, que en realidad se llamaba Sofía Federica Augusta. Antes de su boda con Pedro III era una princesa alemana, hija de un general prusiano, gobernador Stettin. A Catalina II la sucedió en el trono su hijo Pablo I (1796-1801), cuya segunda mujer fue María Fiodorova, cuyo nombre de pila era Sofía Dorotea de Württemberg y que fue la bisabuela de Olga Constantinova Romanova (Olga de los Helenos, esposa del Rey Jorge I de Grecia).

Fermín J. Urbiola

Periodista y escritor

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