Isabel Ordaz: “Es bueno tener un punto de locura”

Lo que es la vida. Toda una carera profesional dedicada al teatro, y a Isabel Ordaz le ha llegado el éxito gracias a la televisión. Por la calle la conocen popularmente como “la hierbas” de la serie ‘Aquí no hay quien viva’, pero ella, erre que erre, se vuelve a subir a un escenario, esta vez para interpretar a la Mercedes de Mihura en El caso de la mujer asesinadita.

Mercedes, “la hierbas”, la despistada esposa del concejal de ‘La que se avecina’. En televisión te ha tocado lidiar con las más “chaladas”…

Ha sido una casualidad y espero que no se me encasille en ese tipo de personajes. El que conoce mi trayectoria profesional sabe que la mayoría de papeles que he interpretado en el teatro han sido en dramas. Y es la primera vez que hago en este medio una comedia.

¿El teatro da prestigio y la tele dinero?

Yo tengo muy claro que lo mío es el teatro, aunque guardo un gran recuerdo de mis papeles en televisión, que fueron muy divertidos.

Pero te repito que fueron papeles de mujeres despistadas y un poquito inconscientes…

Bueno, sí. Pero quién no tiene un punto de locura, incluso creo que es algo bueno. Y tanto “la hierbas”, que era una ácrata total, como Mercedes, a la que su marido le hace la vida imposible, tienen un nexo de unión, que son mujeres muy tiernas.

Pero Mercedes cae en la sumisión total.

Mercedes me recuerda a las mujeres de mi propia familia, que fueron empujadas a la sumisión y sometidas a una estructura demasiado paternalista.

Imagino que hablas de tus bisabuelas.

No, de mis abuelas, e incluso de mi propia madre. Vivieron una época muy machista.

Menos mal que han cambiado las tornas.

Sí, aunque a veces, si tu pareja te pide las cosas con cariño, puedes hacerte la sumisa, ja, ja, ja.

Se sabe poco o nada de tu vida personal.

Ya me encargo yo de separar lo personal de lo profesional. Solamente te cuento que tengo pareja sentimental desde hace doce años y que no tenemos hijos.

¿No te hubiera gustado ser madre?

No. Nunca tuve el sentido de la maternidad tan arraigado como para traer hijos al mundo. Si no soy madre es porque no he querido serlo.

Bueno, la familia teatral es muy extensa.

Y mis hijos son las criaturas fantasmagóricas del teatro.

¿Hay mucho “fantasma” en el mundo en el que te mueves?

Alguno habrá, como en cualquier otro mundo.