El básico de Zara que arrasa: esta es la chaqueta de lana que no te vas a quitar este invierno

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El estampado de rombos vuelve con fuerza esta temporada y lo hace en versión cálida, sofisticada y con un aire retro que conquista a simple vista. Zara lo ha reinterpretado en una chaqueta de punto que promete convertirse en el básico más versátil del invierno: una prenda cómoda, con personalidad y ese toque clásico que nunca pasa de moda.

Confeccionada en mezcla de lana, esta chaqueta combina los tonos marrón y crudo en un diseño jacquard que evoca el espíritu preppy de los años sesenta. Su cuello redondo, su corte ligeramente corto y los botones en forma de corazón la convierten en una pieza femenina y favorecedora.

El motivo de rombos, distribuido de forma simétrica, tiene un efecto visual que estiliza la figura, creando una sensación de verticalidad que alarga el torso. Además, el contraste entre los tonos tierra y beige ilumina el rostro y aporta calidez al conjunto, algo especialmente favorecedor en los meses fríos.

El punto, protagonista de cada otoño-invierno, se actualiza con un patrón que hemos visto también en pasarelas y colecciones de lujo, y que se adapta fácilmente al día a día. Puede llevarse con una falda de efecto piel —como propone la marca— para un look más urbano y actual, o con unos vaqueros rectos y botines para un estilo más relajado. Su textura mullida y su estructura ligera la convierten además en una prenda cómoda que no añade volumen, perfecta para quienes buscan abrigo sin renunciar a la silueta.

Esta chaqueta de rombos resume a la perfección las tendencias que dominan la temporada: prendas cómodas, de aire nostálgico y tonos naturales. Es el tipo de pieza que funciona tanto en un look de oficina como en un plan de fin de semana, aportando ese aire cuidado y elegante que todas buscamos cuando bajan las temperaturas.

Disponible por 36 euros, es uno de esos hallazgos de Zara que combinan diseño, calidez y estilo. Una chaqueta que tiene todas las papeletas para agotarse en tiempo récord y que confirma que, este invierno, el punto vuelve a ser sinónimo de sofisticación.