Marta Gayá, la amiga más fiel y alérgica a los focos de Juan Carlos I, en el punto de mira

Tras el estupor generado por la supuesta donación de 65 millones a Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, 'Okdiario' ha publicado que el rey Juan Carlos habría hecho lo propio con Marta Gayá, en este caso dos entregas de un millón en los años 2011 y 2012, respectivamente. Un escándalo que se está investigando desde Suiza, mientras que aquí, en España, Anticorrupción también ha solicitado al mencionado país información sobre sus finanzas.

Para realizar estas dos transferencias, se habría utilizado la misma cuenta de la offshore de Panamá Fondation Lucum en el Banco Mirabaud, desde el que se habría hecho la supuesta donación a Corinna, quien asegura que se trata de una donación no solicitada del monarca por el cariño que le unía a ella y a su hijo.

Marta Gayá ha sido una de las amigas más fieles al Rey emérito y se ha caracterizado siempre por su discreción, tanto en su vida privada como en sus amistades. Siempre ha dividido su tiempo entre Madrid, en su casa situada en el barrio de Chamberí, Mallorca y las localidades suizas de Gstaad (una de las estaciones de esquí más elitistas y una afición que comparte con don Juan Carlos) y Ginebra. Aunque también es habitual que viaje a Miami, donde tiene un grupo de amigos relacionados con el mundo del arte. Viajar es una de sus grandes aficiones, algo que ha podido realizar con mucha frecuencia al no tener grandes ataduras.

Marta fue una figura clave de lo que se denominó la corte mallorquina del rey Juan Carlos y siempre se ha subrayado que no utilizó esta relación para medrar socialmente o para hacer negocios, aunque ahora esta publicación la pone en una situación, al menos mediáticamente, complicada.

“Marta es una mujer absolutamente leal. Nunca la escucharán hacer un comentario fuera de lugar o presumir de su amistad con el Rey. La han ofrecido reportajes como personaje importante e influyente de Mallorca y siempre se ha negado, porque es lo suficientemente lista para saber por qué la quieren”, declaraba a Vanitatis una persona muy cercana a ella hace ya algún tiempo.

Procedente de una acaudalada familia mallorquina, se casó muy joven con el ingeniero Juan Mena, pero se separó al poco tiempo (no se habían cumplido cuatro años de su boda), y se tomaba con humor cuando le adjudicaban la profesión de decoradora: “Se parte de risa y no entiende de dónde salió originariamente esa información, que luego se ha repetido hasta el infinito. Marta es muy refinada, tiene un gusto increíble y sus casas son preciosas. Si sus amigos le piden consejo, se lo da, pero nada más”, dicen sus allegados.

Once años más joven que el rey Juan Carlos, Marta Gayá y el monarca se conocieron en el verano de 1990 en Mallorca, una isla que visita cada vez con menos frecuencia, sobre todo tras la muerte de sus padres.