Sandra García-Sanjuán: "La vuelta de María Jiménez a los escenarios ha sido un gran reto"

Seguramente la novena edición de Starlite, la primera con Catalana Occidente, será difícil de olvidar para los organizadores, para los artistas y el público. Por supuesto que también para Sandra García-Sanjuán, fundadora del festival boutique que este año ha demostrado que se puede seguir apostando por la cultura en tiempos de covid-19. Han sido 32 los días en los que La Cantera de Marbella, uno de los escenarios con mejor acústica del mundo, se ha llenado de música con artistas del más alto nivel y con casi cuarenta mil espectadores, que han seguido severos protocolos de seguridad, aunque hace unas semanas un vídeo de la actuación del grupo Taburete indujo a algunos a creer que no había sido así.

La realidad se ha impuesto finalmente a las especulaciones y no ha habido ningún brote de este virus que ha puesto en jaque a la seguridad mundial y que ha afectado a una de las personas que más leales se ha mostrado a lo largo de los años a Starlite, Antonio Banderas. El nominado a un Oscar por 'Dolor y gloria' se perdió la gala benéfica por este motivo, por quien, además, García Sanjuán muestra un enorme agradecimiento, en una época también muy complicada para ella a nivel humano ya que su marido, Ignacio Maluquer, con quien puso en marcha y ha convertido en éxito este festival, también dio positivo, estuvo hospitalizado y a día de hoy está ya prácticamente restablecido, tras un largo tratamiento para acabar con las secuelas.

PREGUNTA: ¿Ha sido esta la edición de Starlite más emocionante para ti?

RESPUESTA: Sí, además ha sido un gran reto y ha sido una edición histórica. Hemos demostrado que se pueden hacer conciertos 'covid-free' en esta nueva era, se puede hacer cultura segura. Es muy importante abrir ese camino para que mucha gente vea que es posible y se sume porque si todo se paraliza, es más difícil arrancarlo. Es como un coche, si lo tienes completamente parado, se va la batería, no te arranca... Mientras que si lo mantienes en movimiento, luego es más fácil acelerar. Para nosotros era muy importante mantener la música viva y lo hemos hecho por responsabilidad en distintos ámbitos. Cada año contratamos a unas mil personas, que han desarrollado su labor con absoluta seguridad, y también era fundamental volver a subir a los artistas a los escenarios, porque transmiten ánimo, ilusión, esperanza. Son elementos muy importantes en un momento en el que el miedo se ha apoderado de la gente. Las decisiones no deben tomarse con miedo sino con criterio. Es muy importante asimilar que esto no se va a terminar, que vamos a tener que convivir con ello. Mientras haya una sola persona contagiada, el virus se va a seguir expandiendo. Por eso hay que tomar medidas adecuadas y realizar una comunicación muy educacional, además de transmitir conocimientos para que se apliquen los protocolos adecuados.

P: Uno de los momentos más delicados fue cuando se publicó en redes sociales un vídeo de la actuación de Taburete, que indujo a algunos a pensar que no se habían guardado las medidas de distanciamiento social oportunas...

R: Después de lo de Taburete, prohibimos a la gente que se pusiera de pie en los conciertos, pero no porque así lo dispusiera la normativa de la Junta de Andalucía, sino porque la gente saca vídeos en los que al estar en pie tapan el asiento de delante y parece que está todo lleno y por la perspectiva da la sensación de que todo el mundo está junto, pero no es así... Después de lo sucedido mandamos a todos los medios el control de aforo de Ticketmaster que demostraba que solo se habían vendido poco más de 1.300 entradas. Lógicamente, algunas personas no estuvieron del todo correctas, pero no puedes tener un policía vigilando a cada una de ellas. Tengo que decir que casi la totalidad de los asistentes han sido tremendamente escrupulosos con las normas y que hay que apelar a la responsabiidad individual, no solo en los espectáculos, también en la vida. La gente no se ha quitado en lo general la mascarilla, salvo para comer o beber en un palco, que es lo mismo que se permite en un restaurante. Al final hay que ver las cosas con perspectiva y hemos demostrado que se pueden hacer conciertos libres de covid y mantener la cultura viva.

P: Otro de los grandes protagonistas este año ha sido Antonio Banderas, por su ausencia en la gala benéfica, que, como se supo al día siguiente, estaba más que justificada...

R: Me llamó el mismo día y me dijo que no podía acudir por causa de fuerza mayor. Imagínate los nervios en ese momento... Nos contó lo que sucedía y fue muy generoso porque dejó que ese día la noticia fuera el festival y no lo que le sucedía a él. No quiso quitar protagonismo a la gala y se mantuvo en un segundo plano. Nos dio mucha penita que no estuviera y le echamos mucho de menos. Le tuvimos muy presente esa noche y él estuvo muy pendiente de lo que sucedía.

P: Un momento de gran emotividad fue la vuelta de María Jiménez a los escenarios, tras haber estado al borde de la muerte, como ella misma ha contado...

R: Era un concierto que me hacía particular ilusión y un empeño personal mío, porque a María la conozco desde pequeña, porque venía a mi casa a Tenerife con Pepe Sancho, ya que eran amigos de mis padres. Venían a un campeonato de golf que organizaba mi padre y le tengo un cariño enorme. Que subiera de nuevo a un escenario era el gran reto de esta edición a nivel artístico. La gente estaba entusiasmada viéndola de nuevo con esa energía y esa fuerza, con ese ímpetu.

P: Quienes también han demostrado una gran fidelidad al festival han sido los invitados. Este año ha repetido, por ejemplo, Victoria Federica de Marichalar.

R: ¡Sí! Me encanta que vengan las nuevas generaciones. No solo ha estado Victoria Federica, también Tana Rivera y un largo etcétera. Esto demuestra que este festival, además de muy familiar, no tiene edad, vienen gente de 20, de 30, de 70... Este año, además, muchísimos artistas han venido a ver conciertos de sus compañeros, porque necesitaban la música, que es la medicina del alma. Lola Índigo, Melendi, Miguel Poveda, Pitingo... Todos ellos no solo han actuado, también han venido a disfrutar de otras actuaciones.

P: No quiero acabar sin recordar que tu marido también ha sufrido covid-19. ¿Cómo se encuentra?

R: Mi marido estuvo ingresado muy grave durante casi un mes. Fue en marzo al principio de la pandemia y lo pasamos fatal. Te diría que fue el peor momento de mi vida. Gracias a Dios, nos pusimos en las manos del catedrático Melchor Álvarez de Mon, quien le puso el tratamiento adecuado, le hizo un seguimiento excepcional y puedo decir que le ha salvado la vida. Mi marido ha estado con cortisona hasta hace una semana para la cicatrización del pulmón y todavía tiene que recurrir al óxigeno para dormir. Afortunadamente ya está bien, pero ha sido un proceso muy lento. Junto a Melchor, hemos creado en Starlite una cátedra en la Universidad de Alcalá de Henares, en la que colaboran diversas empresas muy importantes de nuestro país, y le hemos reconocido en la última gala por su brillante labor de investigación y de divulgación de sus conocimientos, ahora en la lucha contra el covid-19, y en su larga y brillante trayectoria profesional.