El verano más desamparado de Sotogrande

Atrás quedan ya los años en los que Sotogrande se disputaba con Marbella e Ibiza el convertirse en el destino preferido por los famosos. Esta temporada la urbanización gaditana está de capa caída y sus apenas 12.000 habitantes se han cruzado con menos caras conocidas que de costumbre. Sus vecinos se han vuelto anónimos, los torneos de polo que antes atraían a la jet aún no se han celebrado y los grandes empresarios han optado por otros lugares más cotizados para celebrar aquellas fiestas que hace sólo un año congregaban a decenas de personajes públicos dignos de cualquier photocall.

Los paparazzi apenas frecuentan la localidad a sabiendas de que las “fotos de calidad” ya no se tomarán allí. Por allí ya no pasean tops model internacionales, ni príncipes, ni grandes empresarios. Al menos no por ahora. El poder y el dinero ya no conviven en Sotogrande y los apellidos potentes como Aguirre, Figueroa, Alcocer, Rato o Botín no dan la cara en la urbanización porque lo que antes fue el paraíso del lujo ya no es lo que era.

Este verano sólo la inauguración de Trocadero a principios de mes rememoró lo que un día fue Sotogrande, eso sí, dejando a los grandes empresarios y a la jet española al margen.

Un personaje que siempre ha sido fiel a la urbanización gaditana pero del que de momento no hay ni rastro es Jaime de Marichalar. El exduque de Lugo siempre pasaba unos días con sus hijos en Sotogrande después de que los niños estuviesen con su madre en Marivent. Pues bien, Froilán y Victoria Federica ya han terminado su etapa estival en Palma y apuran los últimos días con su madre, la infanta Elena, antes de pasar el resto de las vacaciones con su padre.

Patricia Rato con sus hijos, Tamara Falcó, Sonia Ferrer y Álvaro Muñoz Escassi o Isabel Sartorius fueron algunos de los famosos que el año pasado se dejaron caer por Sotogrande pero de los que por el momento tampoco hay rastro alguno.

Sólo fieles incondicionales de sus playas como Ana Rosa Quintana e Inés Sastre han sido avistadas en la urbanización en lo que llevamos de verano.