Triste último adiós a Cristina de Borbón: las emotivas palabras de su madre

Desde el jueves por la noche en que se supo la noticia de la muerte de Cristina de Borbón von Hardenberg, las muestras de cariño y respeto hacia la fallecida y la familia han sido el denominador común.

Al tanatorio de San Isidro llegaron coronas, flores y mensajes de apoyo desde Miami y París, donde vivió temporadas Cristina, así como de Alemania (cuna materna), Nueva York y, por supuesto, de España.

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El duque de Sevilla, primo de don Juan Carlos, recibió las condolencias de los Reyes titulares, así como la llamada del Rey emérito y la reina Sofía. La muerte de Cristina a los 43 años ha sido una tragedia que ha conmovido a todos los que la conocían y trataron desde que era un bebé.

En el tanatorio, los amigos y familiares recordaban una y mil anécdotas compartidas con ella cuando hablaban con los hermanos, Olivia y Francisco. El padre, con la tristeza reflejada en el rostro, daba las gracias por el apoyo que estaba recibiendo en estas horas tan duras. También tenía tiempo para consolar a Olivia, su primogénita, la más afectada y sin procesar que en su vida ya no estará la hermana querida. “Es muy duro, muy triste, muy triste. Se me ha ido un ángel”, repetía cada vez que alguna persona la abrazaba al entrar en la sala del tanatorio. Sin perderla de vista, su marido, Julián Porras. El empresario era el más entero y el que procuraba que su mujer comiera algo y descansara en la sala contigua.

La entrada de la estancia estaba flanqueada por más de dos docenas de coronas con la identidad de quien las había enviado. La mayoría, flores blancas. Los que la conocieron coincidían en que eran las flores que mejor la representaban.

“Cristina era alma con luz”, contaba telefónicamente a quien esto firma Beatriz, la madre, que ha permanecido en su casa de Marbella, donde vive desde hace tiempo y donde pasaba temporadas la hija.

“Aquí estoy más cerca de ella y la siento. Sé que no voy a poder hablar por teléfono como hacía a diario, pero sí lo haré cada vez que mire el mar que tanto le gustaba. Cristina era demasiado sensible y buena para ser de este mundo”. La exduquesa de Sevilla abandonó su casa de Las Rozas y se instaló en Marbella por los problemas respiratorios que padece y que se han agravado estos días por el drama de haber perdido a su hija menor.

A lo largo del día de hoy, las visitas han sido numerosas en el tanatorio. Una manera de consolar, cuando no hay palabras, a los hermanos y al padre. El tío, Alfonso de Borbón, ha permanecido junto a su hermano Francisco. A mediodía llegaba su mujer Marisa junto a su hija.

No faltaron Nuria González, Ana Gamazo, Juan Abelló, Alberto Cortina, Elena Cué, Miriam y Cari Lapique, Coki Prieto, Pareja Obregón y muchos amigos para los que era difícil procesar la muerte de una mujer que tenía toda la vida por delante.

Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas también acudieron para dar ese abrazo que, aunque no evita el sufrimiento, sí consuela.

A última hora de la tarde habrá un responso en memoria de la fallecida y el mes que viene el funeral en la iglesias de las Dominicas Reales de Madrid . “En principio tenemos previsto que sea el 19 de marzo", anunciaba el duque de Sevilla a quien le preguntaba por la liturgia en memoria de su hija pequeña. Pero aún no está cerrada la fecha definitiva.