La monarquía de Tailandia, en la cuerda floja (y las europeas resisten a los escándalos)

El rey de Tailandia, Rama X, está convirtiendo su estancia en Alemania, confinado con un harén de 20 mujeres, en el culebrón de la pandemia. Cada uno de sus arbitrarios pasos están siendo seguidos con suma atención no solo por los medios más sensacionalistas de este país, que han destapado algunos de sus últimos escándalos, o por el periodista Andrew MacGregor Marshall, auténtica némesis del monarca, que a través de las redes sociales va contando minuto a minuto su devenir. También los medios más prestigiosos del mundo han dedicado editoriales y artículos de fondo para intentar desentrañar la surrealista situación de un rey que empieza a ser puesto en cuestión, pese a que en su país las leyes de lesa majestad son tan represoras que solo criticarle puede derivar en condenas de cárcel superiores a una década.

En estos días se ha publicado un artículo especialmente significativo que hace, además, un diagnóstico de cuál es la situación de las monarquías europeas, salpicadas por diversos escándalos, que no es la más idónea de las últimas décadas, pero en ningún caso tan delicada como la que atraviesa la tailandesa. Publicado en 'The Spectator', un prestigioso semanario británico de tendencia conservadora que prioriza en su contenido editorial la política y la cultura, está firmado por Francis Pike, asesor político que está especializado en las relaciones entre Asia y Estados Unidos, y ha escrito libros como 'Empires at war, a short history of modern Asia since WWII' ('Imperios en guerra, una historia corta de la Asia moderna desde la Segunda Guerra Mundial') y su posterior precuela, si se nos permite el oxímoron, 'Hirohito's War, The Pacific War 1941-1945' ('La guerra de Hirohito, la guerra del Pacífico 1941-1945').

Titulado 'El depravado Gobierno del depravado rey Calígula de Tailandia', estableciendo una comparación con el cruel, arbitrario y extravagante emperador romano, al que inmortalizó en una célebre obra de teatro el filósofo Albert Camus, este análisis trasciende las fronteras de Tailandia para realizar un diagnóstico de la situación de las monarquías actuales y establece una clara diferencia entre la del país del sudeste asiático y las europeas: "¿Por qué las travesuras del rey Vajiralongkorn son importantes? Las familias reales europeas han resistido durante mucho tiempo escándalos sexuales y financieros. Juan Carlos puede que haya tenido que dar un paso atrás como rey y marcharse al exilio, pero la monarquía española ha sobrevivido. También la monarquía belga, después de que el anterior rey Alberto II haya reconocido a una hija. No hay nada que induzca a pensar que el príncipe Andrés, querúbico al lado del rey Vajiralongkorn, vaya a hundir a la monarquía británica por el embrollo de Epstein. La clave es que, a diferencia de la tailandesa, son monarquías constitucionales".

Francis Pike subraya en su artículo las dificultades que puede atravesar la institución en Tailandia a tenor de los últimos acontecimientos: "Es muy interesante que el mes pasado, manifestaciones de más de 10.000 personas han pedido que los poderes del rey se recorten (...). Está por verse si las protestas son una gota de agua en el viento en la futura inestabilidad política. (...) Al menos, Vajiralongkorn es muy poco probable que tenga el final de Calígula (fue asesinado a cuchillazos), el rey ya tiene una casa preparada para su exilio en su adorada Bavaria", concluye su artículo el autor, quien hace un estremecedor relato de las arbitrariedades de un rey que ya desde su juventud había dado pistas de la persona en la que acabó convirtiéndose: "Los aristócratas mandaban a sus hijas a Europa para sacarlas de sus garras. Felizmente para la élite de Bangkok, los gustos del príncipe heredero después de su divorcio, una pariente aristocrática de su madre, eran consistentemente de clase baja".

La vida personal de Rama X ha sido todo un catálogo de situaciones inverosímiles, pero en las últimas semanas ha dado pasos que han dejado perplejos a propios y extraños. Recordemos pasado mes de octubre, la Casa Real tailandesa emitía un inesperado comunicado en el que anunciaba que se había desposeído del título de consorte del rey a Sineenat Wongvajirapakdi pocos meses después de este inhabitual nombramiento que había caído en desuso, no en vano no se utilizaba desde hacía casi cien años, lo cual era un signo inequívoco del lugar de privilegio que otorgaba a esta mujer que vuelve a gozar de su favor, frente a su mujer, la reina Suthida, a quien solo recurre para sus contadas apariciones públicas en las que ha regresado a Tailandia durante estos meses de pandemia. Ella está hospedada en el hotel Waldegg, que se encuentra en Engelberg, a 87 kilómetros aproximadamente de Zúrich, mientras él permanece con unas 20 mujeres en el Grand Hotel Sonnenbichl, en la ciudad bávara de Garmisch-Partenkirchen (unas instalaciones utilizadas en su momento por los nazis y que también hicieron las veces de internado femenino).

El príncipe heredero

Otro de los grandes damnificados por su conducta ha sido su hijo, Dipangkorn Rasmijoti Sirivibulyarajakumar, de 15 años y heredero al trono, que está destinado a ocupar bajo el nombre de Rama XI. Según publicaba hace unos meses 'Bild', el príncipe ha crecido en la ciudad alemana de Feldafing, en el lago Starnberg, separado también de su madre, Srirasmi Suwadee, la tercera mujer del monarca, a quien repudió y de quien se divorció en 2014. Tras recibir una compensación económica que algunos cifran en 5,1 millones de euros, habría renunciado a la custodia del niño y desde entonces no habría tenido contacto alguno con él.

La prensa alemana mantiene que está recibiendo un programa de educación especial por orden de su padre y también tratamiento médico: "Los rumores siempre han estado ahí, pero puedo confirmar que su padre siempre ha querido que recibiera tratamiento en Villa Medica", afirma un exempleado del rey, además de manifestar que el joven es autista y su padre se avergüenza de él, en alusión a una de las clínicas más punteras de Alemania y también de las más elitistas, con más de cincuenta años de experiencia, en la que se realizan desde tratamientos estéticos a los más avanzados para numerosas dolencias, en un ambiente de lujo y sofisticación.

Según parece, el joven príncipe estaría viviendo en una 'cárcel de oro', rodeado de 20 sirvientes dispuestos a cumplir cualquiera de sus deseos y necesidades, pero desprovisto del cariño y la atención familiar que requiere. Paralelamente, está recibiendo formación en el Waldorf School, en la localidad de Wolfratshausen, desde 2011 y se dice que habla un alemán perfecto con un ligero acento bávaro. Su futuro y el de la institución están menos claros que nunca...