La reina Letizia se viste de blanco para su visita al templo de Hatshepsut: un dos piezas impoluto y alpargatas doradas

El blanco ha sido el color favorito de doña Letizia durante su viaje de Estado a Egipto. Son dos los looks blancos que hasta ahora había lucido en El Cairo, y ahora hemos tenido que sumar uno más en su visita al templo de Hatshepsut, en Luxor, para la que ha elegido un impecable traje que ha combinado con alpargatas doradas y pendientes artesanales.

Los Reyes han podido disfrutar la noche de este jueves de la inauguración de la espectacular iluminación del templo, llevada a cabo por empresas españolas. De hecho, el rey Felipe ha asegurado: “Es una maravilla”. La Reina, por su parte, ha destacado la diferencia de la Ciudad de los Muertos que ha visitado por la mañana con este templo. “Son dos caras muy distintas”, ha explicado.

Como mencionábamos, la Reina ha vuelto a vestir de blanco, con un traje compuesto por chaqueta entallada y pantalón recto, que ha aportado sobriedad y modernidad a partes iguales. Debajo ha llevado un top en la misma tonalidad.

Para ir cómoda, doña Letizia ha optado por unas alpargatas doradas con cuña, un calzado muy apropiado para andar por el templo y subir su escalinata, mágicamente iluminada por las empresas españolas. Una cartera de Magrit en el mismo color ha completado su estilismo.

En el apartado joyas, la Reina ha decidido repetir unos pendientes de Isabel Guarch. Se trata del modelo Llum, elaborado en oro de 18 quilates con diamantes talla brillante. Están inspirados en el rosetón de la Catedral de Palma y en su mágico juego de luz que tiene lugar dos veces al año. Su diseño delicado y elegante ha entroncado directamente con el gusto de la Reina emérita, quien sigue siendo una de las clientas más fieles de la joyera mallorquina.

El marco monumental del templo de Hatshepsut, transformado en un espectáculo nocturno de luz y piedra, ha ofrecido el escenario perfecto para una velada histórica. Entre la solemnidad de las columnas milenarias y la innovación tecnológica española, los Reyes se han convertido en testigos privilegiados de un encuentro único entre pasado y presente, tradición y modernidad.