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Cerveza: del Antiguo Egipto a los chiringuitos de playa
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GASTRONOMIA

Cerveza: del Antiguo Egipto a los chiringuitos de playa

La cerveza es seguramente una de las bebidas más antiguas del mundo.  Desde que apareciera hace más de diez mil años como remedio medicinal, su elaboración

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Cerveza: del Antiguo Egipto a los chiringuitos de playa

La cerveza es seguramente una de las bebidas más antiguas del mundo.  Desde que apareciera hace más de diez mil años como remedio medicinal, su elaboración se ha ido perfeccionando, consiguiendo matices y colores únicos como las rojas, las rubias, las negras y las ámbar.

A lo largo de la historia, egipcios, griegos o romanos sucumbieron a su refrescante sabor espumoso, dejando prueba de ello en piedras y manuscritos. De hecho, la receta más antigua que se conserva en la actualidad se encuentra impresa en un jeroglífico del Metropolitan Museum de Nueva York.

Pese a que estas diferentes civilizaciones crearon sus propias fórmulas, los encargados de poner a punto este brebaje fueron los monasterios europeos. Cada uno tenía su receta secreta elaborada a base de ingredientes especialmente seleccionados entre los que destacaban cereales, levaduras, especias y frutas.

Ya en el siglo XIX, España empezó a abrir las primeras fábricas cerveceras, la mayoría fundadas por inmigrantes alemanes y franceses. August Kuentzmann Damm, un alsaciano exiliado a España que tras la guerra franco-prusiana creó la que sería la fábrica de Estrella Damm y Casimiro Mahou, de origen loreno fundó en 1890, en pleno centro de Madrid, una fábrica de cerveza y hielo.

Con el paso de los siglos, este elixir se ha convertido gracias a su refrescante sabor y a su peculiar gusto ácido en una de las bebidas más universales. En caña, copa, jarra, botellín o tercio, la cerveza es la bebida estrella de los tradicionales aperitivos españoles y más aún en los meses estivales, cuando el calor aprieta.

Los diferentes tipos de cerveza

Las desalterantes. Como su propio nombre indica se trata de cervezas que sirven principalmente para apagar la sed. No suelen tener muchos grados y se beben muy frescas. En esta categoría se encuentran las cervezas de fermentación baja, las de mesa, las de cuello largo (tipo Coronita) o las pils. Estas últimas son cervezas rubias que tienen su origen en la Republica Checa durante el siglo XIX.

Las cervezas especiales. Dentro de esta categoría se encuentran las rubias, ámbar y afrutadas. Son, al igual que las primeras, cervezas de poca graduación que se sirven frías, pero su sabor ofrece algo especial.

El particular sabor suave de las cervezas rubias se consigue gracias al cilantro, trozos de limón o cáscaras de naranjas amargas de Curaçao.

Las cervezas afrutadas son quizás las más desconocidas en España, pero sus dulces sabores son de los más exitosos fuera de nuestras fronteras. La más característica es la Lambic. Este tipo que cerveza agria y seca, que apareció en Halle (Bélgica) en el siglo XIV sirve para elaborar  bebidas afrutadas como la cerveza de cereza (Kriek) o de frambuesa.

Cervezas de degustación. Las cervezas de alta graduación deben degustarse lentamente para apreciar su aroma y riqueza. Entre las más famosas se encuentran las cervezas trapistas belgas como Chimay, Orval, Rochefort, Westmalle, Westvleteren o Achel. Las trapistas son cervezas de abadías cistercienses que se producen únicamente por los propios religiosos.

Además de estas cervezas, están las de abadía que, pese a llevar el nombre de importantes abadías, su elaboración está en manos seculares: Leffe, Legado de Yuste, Grimbergen, o Maredsous.

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