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Cómo vestir en Semana Santa sin 'dar la nota'
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Cómo vestir en Semana Santa sin 'dar la nota'

Con el ecuador de la Semana Santa llegan las procesiones más solemnes y visitadas de punta a punta de nuestro país. Jueves y Viernes Santo son

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Cómo vestir en Semana Santa sin 'dar la nota'

Con el ecuador de la Semana Santa llegan las procesiones más solemnes y visitadas de punta a punta de nuestro país. Jueves y Viernes Santo son los días con mayor afluencia, no sólo de devotos que llevan esperando meses estas fechas, sino de turistas. A pesar de que es conveniente llevar zapato cómodo y ropa de abrigo, hay lugares de la geografía española donde la tradición y la religiosidad priman por encima de la comodidad y evidencian aún más los contrastes entre unas zonas y otras.

Sevilla, Málaga y Murcia son más fieles a la hora de seguir un protocolo para vestirse en Semana Santa. Minifaldas, vestidos por encima de la rodilla, pantalones cortos y camisetas de tirantes y con escotes pronunciados mejor no sacarlos del armario en estas fechas. Y no sólo por la climatología.

Dos son los elementos indispensables a la hora de elegir el vestuario, la sobriedad y la sencillez. A partir de ahí, los complementos que se añaden no deben de estropear el conjunto y llevarlo a lo estrambótico.

Para ser fiel al protocolo, la mantilla se hace indispensable en Jueves y Viernes Santo y sólo deben utilizarla las mujeres mayores de 18 años. Tiene que ser negra, no hay que olvidar que son días de luto -el blanco, para Domingo de Resurrección-, y debe de llevarse por la mañana, nunca por la tarde.

Puede estar confeccionada en blonda -excesivamente tupida y recargada, algo que eleva su precio- o en tul o chantilly, más asequibles. En cuanto a la teja o peina, de carey, no se admiten variantes, y a ser posible que su tamaño esté compensado con nuestra altura para evitar que el exceso de elegancia nos juegue una mala pasada.

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Muchas son las dudas que hay en torno a cómo debe colocarse la mantilla. La mejor manera para sujetarla es hacerse un pequeño moño bajo para tener una buena base de sujeción. A partir de ahí, y para evitar “el vuelo de la mantilla” con el viento o, simplemente, al caminar, hay que cogerla a los hombros del vestido o chaqueta con unos alfileres. Es importante saber que la mantilla no se lleva de la misma manera los dos días. Para el Jueves Santo el pelo y la frente deben ir al descubierto, mientras que el Viernes Santo la mantilla debe cubrir la frente con la blonda unos dos centímetros.

No confundir la Semana Santa con la Feria de Abril o El Rocío, en estas fechas no están permitidas ni las flores ni los claveles en el pelo y la ropa.

Para lucir bien una mantilla no sólo basta con lo anterior, también debe de ir acompañada de un vestido negro -nunca azul oscuro o gris marengo-, a ser posible de una sola pieza y recto, sin volúmenes y con un tejido sin brillos. Si es posible, evitar los vestidos sin mangas o con manga corta y optar por la francesa o manga larga. Con este tiempo tan cambiante, se agradece.

Las medias, como no, negras y de cristal. Nunca tupidas ni con dibujos. En cuanto a los zapatos, los de fiesta, peep-toes y bailarinas, déjalos en el cajón y opta por un calzado negro y de tacón corto

El maquillaje y los complementos deben de ser sobrios. Los colores rosa claro y el nude son ideales tanto como colorete como bálsamo de labios. Aunque la vestimenta sea negra, olvidar los ojos con ahumados recargados. Como mucho, marcar la línea del ojo con un eye-liner fino. Pendientes, pulsera y reloj, a juego con el broche de la mantilla que suele ser de plata vieja. 

Con el ecuador de la Semana Santa llegan las procesiones más solemnes y visitadas de punta a punta de nuestro país. Jueves y Viernes Santo son los días con mayor afluencia, no sólo de devotos que llevan esperando meses estas fechas, sino de turistas. A pesar de que es conveniente llevar zapato cómodo y ropa de abrigo, hay lugares de la geografía española donde la tradición y la religiosidad priman por encima de la comodidad y evidencian aún más los contrastes entre unas zonas y otras.