Manuel Díaz, el Cordobés, vuelve a los ruedos a los 51 años: ¿problemas de liquidez?

Manuel Díaz el Cordobés, ha decidido volver a los ruedos. Después de dos años apartado, y de anunciar su retirada por una operación de cadera, parece que el diestro está dispuesto a volver a la arena a los 51 años (con permiso del coronavirus, claro está). No es la primera vez que un torero anuncia su vuelta tras haberse retirado. A veces, esta situación suele coincidir con problemas de liquidez.

Aunque en el caso de Manuel, el diestro ha tenido otras oportunidades laborales gracias a su capacidad mediática. Hemos podido verlo, por ejemplo, participando en el concurso 'MasterChef' junto a su mujer, Virginia Troconis. Pero no solo el mundo de la televisión, también la publicidad y su imagen pueden ser una fuente de ingresos.

Sin embargo, al tema de la liquidez económica se une el amor propio de un torero que debe mucho al público y que considera que no pudo despedirse por la puerta grande. Una artrosis de cadera le obligó a pasar por el quirófano y una recuperación lenta hizo que no pudiera cortarse la coleta en una última corrida de despedida ante su público. Su intención era compartir esa tarde especial con sus seguidores y que sus tres hijos, Alba, Manu y Triana, le cortaran la coleta en público. Un acto muy sentimental para un torero y que en su día hizo Juan Antonio Ruiz, Espartaco, en el ruedo de la Maestranza con sus tres hijos, Alejandra, Isabel y Juan. También José María Manzanares, años antes, repetía la ceremonia en el mismo ruedo con su hijo José María.

Padrinos y hombres de confianza

Precisamente Espartaco fue testigo de su alternativa, el 11 de abril del 93, en la que Curro Romero fue su padrino. En el 2018 se cumplían sus 25 años de alternativa, fecha especial para el torero. La última vez que Manuel se vistió de luces fue el 19 de mayo del 2018, en Palma del Río, donde cortó tres orejas y rabo. En ese último año en activo se encontraba en un buen momento ya que en los carteles taurinos formaba pareja con su hermano Julio Benítez. Los dos hijos de Manuel Benítez, mano a mano, eran un buen reclamo para el aficionado. Un apellido que revolucionó el mundo del marketing taurino.

De momento, la empresa que gestionará su reaparición taurina, Tauroemoción, ya ha confirmado el acuerdo entre ambos. La persona que llevará su carrera será Alberto García, pero junto a Manolo, como hombre de confianza, estará su hermano, Chema Díaz, como siempre. Está pendiente la fecha, ya que la suspensión de las Fallas de Valencia hace que el mundo taurino se quede también a la expectativa de qué va a ocurrir con las celebraciones y eventos multitudinarios.

Deporte, moda y canciones

Manuel siempre se ha preocupado a fondo de su preparación física, algo que comparte con su mujer, Virginia, una gran deportista. Juntos han llegado a correr la maratón de Nueva York y entrenan a diario. Viven en su finca Cerro Negro, y normalmente las fincas suelen convertirse en un 'agujero sin fondo' en las que hay que invertir mucho dinero para su mantenimiento.

Por su parte, también Virginia ha conseguido hacerse un hueco en el mundo de la moda. En la actualidad, es imagen de una conocida marca de calzado que inauguró hace unos meses tienda en la calle Sierpes de Sevilla.

La capacidad de Manuel Díaz para llegar al público es tan grande que ha hecho que tenga su propia biografía, escrita en el año 2012 por Jaime Royo-Villanova, que se titula 'De frente y por derecho', además de una canción escrita por Christina Rosenvinge.

“Él no lo sabe, pero ha sido mi muso. Es un poeta”, dijo Cristina en un programa de la Cadena Ser cuando presentó su trabajo 'Un hombre rubio'. En él dedica la canción 'Pesa la palabra' a Manuel. Recordaba que cuando se produjo el juicio de reclamación de paternidad a Manuel Benítez le impactó escuchar a Manuel Díaz en televisión pronunciar estas palabras: “Soy un hombre que, pese a haber tenido un padre de humo, va a conseguir que sus hijos tengan un abuelo de verdad”.

Esto le inspiró una canción que grabó y cuya letra dice: "De mí heredaste la buena planta. Parecerte en algo más te espanta”.