Hablamos con Jordi Cruz sobre el cierre de Madrid, su madre y el carácter de Villalobos

Jordi Cruz tiene su propio restaurante en Barcelona y desde 2017 cuenta con tres estrellas Michelin. Salir en 'MasterChef' no le ha quitado tiempo para atender a sus clientes. El confinamiento le sirvió para investigar. Tiene previsto elaborar menús con recetas a bajas temperaturas y seguir con sus diseños de camisetas.

De pequeño, Jordi era un niño inquieto y movido, y esa hiperactividad la canalizó su madre al decirle: “Hazte cocinero”. Le gusta comer y sueña con la escudella que sirven en su casa el día de Navidad. Es crítico con los políticos ante la actitud de desunión que presentan frente al coronavirus. Su sector es uno de los más castigados y pide medidas únicas y no distorsionadas por los desencuentros entre los partidos. El chef del concurso culinario ha sido el embajador del lanzamiento del nuevo cepillo de dientes de ORAL-B 10.

Pregunta: ¿Cómo llevas las restricciones?

Respuesta: Con resignación. No es la primera vez que el ser humano se encuentra con un virus cabroncete que nos lo pone difícil. Nuestra actitud debería ser más inteligente y dejar de discutir entre nosotros.

P: ¿Te refieres a los políticos?

R: A todos en general y a ellos en particular. Deberían buscar caminos más amables y con menos enfrentamientos. La obligación de los líderes es darnos tranquilidad, decirnos la verdad. Buena información y entender que hay que asumirlo pero no desde varias direcciones.

P: La hostelería es uno de los sectores más castigados.

R: Así es. Lo nuestro es un oficio para compartir, con los amigos, con la familia y nos encontramos con la covid, que es antisocial. La gastronomía es uno de los pilares de la economía y los políticos deberían preguntarnos qué medidas adoptar para poder sobrevivir. Vamos a perder a muchos compañeros que lo estaban haciendo muy bien. Se quitan las ganas de abrir la persiana.

P: ¿A ti te ha afectado?

R: Tengo la suerte de tener un restaurante en propiedad donde damos pocas comidas al día. Se mantienen las distancias y tenemos nuestros protocolos para estar superseguros, tanto nosotros como los clientes. Para mí ha sido fácil, pero en España hay muchos tipos de locales que pagan un alquiler, que están en ERTE y con dificultades no para ganar dinero, sino para no ir a la ruina.

P: ¿Qué sentido tiene cerrar a las 11 de la noche?

R: Ninguno. O se cierra directamente o dejan que esté abierto. Podemos ser obedientes pero a una sola voz. Y, además, voces que se llevan la contraria. Le diría al Gobierno que si quitan los ERTE, nos dejen manejar nuestros negocios. A las 11 de la noche no le puedo decir a un cliente que se vaya.

P: Este jueves, el TSJ de Madrid ha anulado el confinamiento dictado por el Gobierno para Madrid.

R: Los ciudadanos no pueden recibir a cada momento información opuesta. Hay un tema anímico importante. Si se vuelve a cerrar un local, es difícil que de nuevo se pueda abrir por muchas ganas que se tenga.

P: ¿Tienes más clientes por ser el cocinero de 'MasterChef'?

R: Mentiría si dijera lo contrario. Salgo en televisión, pero estoy en mi restaurante. La gente viene a mi casa y lo que quiere es verme.

P: Aparentemente los concursantes, ya sean conocidos o anónimos, al principio te tienen miedo.

R: Hacen bien. Mi trabajo es ser tan exigente con ellos como lo soy en mi propia cocina. No soy el malo, soy más tiquismiquis y puede ser que los ponga más contra las cuerdas, pero quiero que respeten mi oficio y le pongan ganas. A partir de ahí nos podemos ir a tomar cañas y descubrirán a otro tipo. En mi restaurante, jamás levanto la voz.

P: Esta edición es la más divertida, según la opinión general.

R: La gente lo pasa un poco mal, pero yo me he reído mucho en esta edición. Josie es un descubrimiento increíble. Un tipo listo, rápido, que vincula la moda con la gastronomía de una manera increíble. Y Flo es muy divertido, que le gusta la gastronomía, ser irreverente, provocar. Lo he pasado muy bien.

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P. Barrientos

P: Celia Villalobos, acostumbrada a las ásperas y agresivas sesiones en el Congreso de los Diputados, se echó a llorar el otro día.

R: Interpretamos que los políticos no tienen sensibilidad. Celia ha querido que la gente vea que es una persona normal, una ama de casa con ganas de cocinar y hacerlo bien. Eso sí, con mucho carácter.

P: ¿Que pasó con Jesús, que parecía que manteníais un enfrentamiento diario?

R: El primer día vino muy tenso, poco relajado y le hice un reactivo. Le pregunté: "¿A qué has venido a 'MasterChef'? ¿A discutir conmigo o a cocinar?".

P: Ha dicho que no repetiría...

R: Eso lo dice para tocarme las narices. Jesús es un tío muy competitivo y su problema ha sido que no estuvo relajado.

P: ¿Tú cómo desconectas?

R: Cuando llego a mi casa, me relajo. Veo series, juego con mis gatos y me preparo un plato sano.

P: ¿Por ejemplo?

R: Pollo a baja temperatura, una ensalada rica, un arroz con un quiche que le da sabor pero no aporta grasa...

P: ¿Nunca tomas bocadillo de panceta o de sardinas?

R: Soy cocinero y tengo dentro de mí una persona obesa porque me encanta comer. Cuando estoy en casa, me hago menús sanos y un día a la semana, Sodoma y Gomorra. Mi plato favorito es la 'escudella i carn d’olla' que hace mi madre. Estoy soñando con eso. Y odio los insectos.

P: ¿Tu madre es crítica contigo?

R: Bueno, no te lo puedes imaginar. Hice unos canelones mexicanos en la tele y me llamó para decirme que qué era la guarrada que estaba haciendo. Cuando se la hice en casa, le encantó.

P: ¿Pensaba que llegarías a ser un cocinero de éxito?

R: Cuando era pequeño, mi madre pensaba que yo iba para delincuente. Era un niño muy activo, muy inquieto, y eso de mayor se convierte en creatividad. No fiscalizaba ninguna disciplina hasta que mi madre me dijo: “Ponte a cocinar”. Puse toda mi energía en ello y me ha ido muy bien.

P: Y tu pareja, ¿también es crítica?

R: No, porque no sabe cocinar y todo lo que hago le gusta y lo agradece.